miércoles, 3 de octubre de 2012

¿Un tropiezo tonto? Tal vez.

Hola soy tu sonrisa.

Abrí los ojos, las vistas desde donde yo me hallaba eran muy distintas. Todo se veía mas grande, pues es que me hallaba tirada en el suelo. Pues bien, otro tropiezo tonto, otra piedra que el destino decidió poner en mi camino. Otro obstáculo que colocó el azar así sin mas. Y ahí estaba yo, tendida en el suelo, con una pequeña herida en el alma que no paraba de sangrar. No sabía que hacer, no sabía si me debía mover.
Fue entonces cuando hallé su mano, la alcancé y me ayudó a levantarme. Me sacudí los vaqueros. Mis labios apenas podían pronunciar palabra alguna. Mi mente estaba en blanco y mi lengua trabada. Me miro fijamente a los ojos y me preguntó: -¿Estas bien?
Yo simplemente solté una risilla tonta y asentí. Que instante más perfecto, pensé. Pero fue entonces cuando me di cuenta de que él ya no estaba y de que yo seguía tirada en el suelo, sin saber que hacer. Me levante de un salto, mi mirada recorrió todo el paisaje buscando la suya, pero él, ya no estaba.

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