domingo, 21 de diciembre de 2014

Aire Frío.

Mientras el frío y las gotas de lluvia atraviesan mi ropa y se funden con mi piel, mis labios tiritan confusos saboreando las saladas lágrimas que han decidido unirse a la tormenta. Un gélido vacío actúa como una corriente de viento creándome eternas dudas sobre por qué no estás, mi respiración empieza a tropezarse con cada recuerdo proyectado en mis retinas como si estuviese ocurriendo en este mismo instante. Inspiro cortas y breves bocanadas de aire que me aceleran el ritmo cardíaco, que hacen que la sangre circule todavía más rápido por mis venas cargadas de prejuicios que les hacen imaginar miles de finales para un solo cuento. Y mientras la presión del pecho aumenta tanto que a mi corazón le deja de llegar el aire, otro puño acaricia la pared cargado de rabia reprimida que ya no sabía por donde escapar. La mirada perdida en la oscuridad de mis ojos cerrados, imaginando que cuando se abran el sol brillará en el cielo. Cansados de escuchar llover mis oídos han preferido obligar a mis cuerdas bocales a vibrar, escupiéndole al aire entre gritos el asco que mi alma le tiene a la lluvia. Porque mientras mi cuerpo observa las gotas caer en el suelo sonriente, el olor a mojado inunda mis pulmones de sentimientos tan tristes como un cielo gris. Perdida entre confusos escalofríos, con los pies helados de caminar descalza por la fría distancia que me impide abrazarte, agarrada a la mano de alguien que me obliga a seguir avanzando, noto como el silencio se me acerca por detrás y me susurra al oído advirtiéndome de quien me guía en esta noche oscura repleta de pesadillas. La soledad, fingiendo prestarme ayuda cuando en realidad lo único que hace es arrastrarme hacia el ahogo de necesitar un "no estás sola" y sentir como el único que te habla es el silencio.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Su Corazón.

Con una mano le hizo un gesto para que se detuviese, mientras se introducía la otra en el pecho arrancándose el corazón con ella. Lo agarró con fuerza y se lo ofreció a los ojos que la miraban con verdadero pánico. "Toma, es tuyo, yo ya no lo quiero" le dijo mientras le depositaba el corazón que aún latía en su mano derecha. Se dio media vuelta y siguió su camino dejando un rastro de sangre a medida que avanzaba. Él, en cambio, seguía allí inmóvil con un corazón vivo en una mano y un montón de sangre formando una cascada que le salpicaba las botas de cuero. Entonces fue esta vez él quien le gritó que esperase. Ella se detuvo en seco, rotó sobre la punta de sus tacones y le miró fijamente. Su piel pálida horrorizó todavía más la mirada de él, quien introdujo la mano que tenía bacía en su cabeza y se extrajo el cerebro. "Toma, es tuyo, yo ya no lo quiero" le dijo con una sonrisa siniestra. Ella alzó la mano temblorosa y lo agarró. Se miraron fijamente a los ojos durante unos segundos recordando cada momento vivido juntos. Se dieron media vuelta y ambos, repletos de sangre que solo albergaba dolor, siguieron cada uno por su camino. Ella carcomida por la rabia se introdujo el cerebro de él en el hueco que rellenaba antes su corazón, así pensaría antes de volver a amar a alguien. Él en cambio asqueado sin entender porque ella le había dado su corazón, lo lanzo al suelo y lo pisoteo hasta que dejó de moverse. Ahora él ya no pensaría, solo amaría a cada una de las miles de chicas en las que su mirada se fijara. Por supuesto él jamás descubriría que el corazón de ella guardaba un "te perdono" y un "te sigo queriendo". Pasarían los años hasta que un día el destino volvería a cruzar sus caminos haciéndoles chocar de nuevo, ella fría como el hielo y él más enamorado de ella que nunca.

martes, 25 de noviembre de 2014

Diferente.

En un mundo de personas malas una persona buena tan solo es débil. Un punto de mira, un objetivo fijado por demasiados asesinos de almas verdaderas. Hay demasiadas almas oscuras ocultas detrás de labios pintados de rojo, de ojos azules, de cabellos rubios. Prototipos que disimulan la maldad de las personas que parecen más buenas. Pero no, en un mundo de oscuridad la luz se esconde por miedo al abandono. En un mundo de gusanos no hay lugar para una mariposa. En un mundo de falsas sonrisas las sonrisas sinceras temen sonreír. En un lugar de mentirosos como este, la verdad se camufla con risas inquietas y expresiones contradictorias por el simple miedo a ser descubierto. Por eso es tan difícil encontrar una persona buena, una persona capaz de revivir a este mundo de basura social cada vez que se muere, una sonrisa capaz de hacerle el boca a boca, cada vez que se ahoga con la contaminación que irradia tanta maldad junta. Cantidades desorbitadas de basura humana se amontona en la mirada de esas personas diferentes, demasiada falsedad revoloteando por sus cabezas. Encontrar peces vivos en mitad de un mar ahogado por petróleo es casi imposible, encontrar algo original entre un millón de copias parece demasiado complicado como para intentarlo. El pájaro que sueña con nadar, el pez que sueña con volar, ellos no hablan, solo se limitan a mirar sus sueños con fuerza, tan cerca pero tan imposibles a la vez. Tan solo mira a los ojos a alguien cuando le digas "hola" y sabrás si su respuesta sale del corazón, o del pozo más negro y podrido de la historia de la falsa humanidad, que lucha por ser algo que no es y se esconde por la misma razón.

martes, 18 de noviembre de 2014

Escalones.

Para subir una escalera tendrás que empezar por pisar el primer escalón. Tendrás que subir con calma, con tranquilidad, pues no sabes cuántos escalones hay. A veces te cansarás de caminar despacio, de subir poco a poco y echarás a correr. Avanzarás unos cuantos escalones del tirón pero llegará un momento en el que no puedas más y necesites parar a descansar. Entonces permanecerás demasiado tiempo atrapado en el mismo escalón. Notarás como tu vida no avanza, como la rutina se te come vivo, hasta que tengas fuerzas para seguir subiendo. También habrá veces que optes por subir escalones de dos en dos, avanzarás más rápido pero todos esos escalones que no pises serán cosas que no vivirás, cosas que jamás sentirás por miedo o por vagueza simplemente. A veces tropezarás con algún escalón roto y rodarás escalera abajo, cayendo sobre algún escalón que ya has vivido antes y que solo te recordará todo lo que acabas de perder. Otras veces aterrizarás sobre escalones que no habías pisado antes, y si vuelves  subirlos de dos en dos irás pisando todos esos que dejaste atrás sin pisar. Supongo que por eso dicen que es bueno equivocarse, porque nos enseña, porque las caídas nos hacen más fuertes. Durante toda esa escalera por la que caminas perdido conocerás a personas que te harán compañía para que subir te sea más fácil, otros tan solo se pondrán detrás y te empujarán para que sigas subiendo, pero otros en cambio se te pondrán delante, impidiéndote avanzar o empujándote hacia abajo de nuevo. Habrá veces que nadie sea capaz de tirarte y otras que la más mínima brisa de aire sea capaz de hundirte. Pero no te preocupes, de vez en cuando pararás unos segundos a coger aire y echarás la vista atrás, observando todo el camino andado, todos los escalones pisados, todos los momentos vividos y te sentirás orgulloso de ver hasta donde has llegado. No dejes de subir ni de avanzar, nadie quiere desvelar que hay en el último escalón o que se siente al pisarlo por fin, pero aseguran que merece la pena llegar hasta él
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Mudanza Mental.

A veces necesitamos silencio para poder pensar, para poder entender que está ocurriendo a nuestro alrededor. De vez en cuando necesitamos vaciar nuestra mente de palabras y recuerdos dejando espacio a otro nuevos. A veces simplemente necesitamos desconectar de nuestro mundo interior y aterrizar un poco en la realidad, que al fin y al cabo es en la que vivimos.
Podremos soñar tanto como queramos, podremos fantasear cuanto nos apetezca, pero tan solo serán más sueños imposibles que vivimos con los ojos cerrados porque sabemos que nunca estarán cuando los abramos. A veces merece la pena cerrar ese mundo en el que nos escondemos de todo y mudarnos a otro, dejando allí dentro encerradas a todas esas personas en las que confiaste y les dejaste pasar y solo supieron destrozarlo. Empezar un nuevo mundo repleto de nuevos recuerdos, nuevos sentimientos y nuevas piedras con las que tropezar. Porque cuando pasas demasiado tiempo en un lugar acabas por tropezar una y otra vez con las mismas piedras, acabas cometiendo una y otra vez los mismo errores. Así que mientras esas personas en las que creíste, en las que confiaste, esas que te demostraron tanto y que primero te dio miedo aceptar y luego perder, mientras esas personas gritan que lo sienten o simplemente se limitan a fingir que te olvidan sin darte ningún porqué, ninguna explicación, tu huyes, perdida y sola como cada vez que tu mundo ha empezado a desmoronarse de nuevo. ¿Cuantos mundos van ya? ¿Cuantas vidas mentales has tenido que abandonar? ¿Cuantos lugares creados a base de recuerdos has tenido que olvidar? ¿Cuantos sitios que te hacían feliz has tenido que borrar de tu memoria? Pero no pasa nada, tan solo es otro punto y a parte de tu eterna libreta de apuntes. Pero parece que por más que te prometes que será la última vez, que por más que te juras y perjuras que no volverá a pasar, vuelves a caer, tocas fondo y te hundes todavía más. Deja de hacerte promesas que sabes que no vas a cumplir, la gente no es como piensas, no conoces a alguien hasta que un día entre lágrimas intentas hablarle y te das cuenta de que no está ahí como tantas veces te prometió. Y ahora abre los ojos y observa, tienes un nuevo mundo que crear a base de nuevos recuerdos.

Mundos interiores.

Hoy tengo una necesidad extraña de gritar cosas, de reventar la barrera del sonido con risas. De sentirme como una esponjosa nube viajando por el cielo de tu mente. A veces tengo la necesidad de perderme en sitios extraños, de descubrir los secretos más guardados de la gente más callada con solo mirarles. Es gracioso no conocer de nada a una persona pero estar respirando su mismo aire. Me gusta recorrer el exterior con la mirada, clavar los pies en el suelo y dejar que mis ojos se diviertan buscando recuerdos con los que poder soñar luego. Paisajes a los que poder viajar cada vez que los cierre, labios a los que poder besar cada vez que lo necesite. Miradas con las que poder cruzarme una y otra vez o simplemente sonrisas que me hagan seguir sonriendo a mi. Me gusta dejar que mi mente desaparezca mientras mi cuerpo se queda sentado a solas con mi corazón intimando un poco. No hay mayor libertad que la imaginación, poder cerrar los ojos y ser capaz de viajar a ese mundo creado con recuerdos. Todos tenemos un mundo interior cerrado con rejas de alambre a las cuales si te acercas te dará la corriente. Mundos sin puertas traseras por las que poder colarte. Para poder entrar necesitaras una llave capaz de abrir tesoros como los recuerdos de alguien. Y lo más importante, antes de entrar en el mundo interior de nadie tendrás que estar seguro de que veas lo que veas jamás saldrás corriendo, de que oigas lo que oigas no lo pronunciaras en alto. Porque los recuerdos que sostienen estas vidas paralelas y solitarias también pueden ser de lo más grises. Nunca dejes la puerta a tu mente abierta, alguien podría entrar y revolverla completamente buscando recuerdos que ya no guardas ahí. Porque a veces estamos tan a gusto en nuestro planeta particular que sentimos la necesidad de compartirlo con el exterior, pero no olvides que las personas de tu cabeza son recuerdos y las personas reales jodidos ocupas de mentes. Deja que tus sentidos identifiquen a la persona que con más ganas vayas a recordar después, para soñarla cada día que el exterior deje de aportarte aire, una persona que algún día entre de tu mano en tu mundo siendo ella misma y no un recuerdo como cualquier otro.

lunes, 17 de noviembre de 2014

Almas Perdidas.

Ahorcó su alma entre un millón de porque's sin respuesta, entre un millón de preguntas sin interrogantes. Atravesó con la fina cuchilla de la verdad todos sus recuerdos haciéndole ver a su mente que eran falsos, que tan solo eran mentiras que su cabeza había creído. 
Fue el humo áspero el que inundó sus pulmones y el cual se negó a escupir, ahogando su aire con él. Perdiendo la noción del tiempo y el espacio dejo que el whisky y el insecticida acabasen con el resto de sentimientos, aseguraba que tenía mariposas devorándole el estómago por dentro. La locura ya había ocupado cada centímetro de su cuerpo vacío de realidades, relleno de escusas que la hacían menos mala. Los errores pasaban a un segundo plano cuando veías las cicatrices que escondía su mirada. Mirarla a los ojos era como leer un libro escrito con letras blancas sobre páginas blancas, incomprensible. Flotaba perdida de boca en boca con cada rumor que creía definirla, pero ni ella misma era capaz de encontrar un adjetivo que pegara con su nombre. Perdió el interés por recordar, así que se pegó un disparo mental con el dedo índice apuntándose a la sien. Un balazo ficticio que la hizo caer en un agujero vacío de realidades, lleno de palabras difusas, de sentimientos poco claros, de letras inquietas que le restaban sentido a la vida. Su mente carcomida por palabras bonitas y su corazón llenos de clavos, cuyo propósito tan solo era sacar al anterior, se vieron perdidos. Ya era demasiado tarde para intentar entender la vida, demasiado tarde para poder sobrevivir en ella. Su futuro fue cercano y su pasado quedó borroso. Presente ya no tiene, pues perdió su propio ser en una batalla contra ella misma. Cambió, dejó atrás los porque's, se limitó a dar respuestas sin sentido a preguntas retóricas, maduró y creció, pero su alma seguía colgando de aquella cuerda. 

domingo, 16 de noviembre de 2014

Gritos Callados.

Vacíos que te rellenan el alma como las lágrimas que fingen ser gotas de lluvia inundan tu cara. La soledad no es la necesidad de tener a alguien y no tenerlo, la soledad es la necesidad de hablar y ver que ni tu mismo estás para escuchar tus lamentos. El silencio rellena cada hueco de tu cuerpo que está pidiendo auxilio, cada centímetro de ese profundo vacío rellenado con palabras calladas, con oscuridad que intenta ocultar lo que te está pasando. Poco a poco te pudres por dentro, un profundo mal olor de recuerdos rellenan tu cuerpo vacío de sentimientos. Tu alma contaminada se ahoga con la peste de mentiras que te infectan. Te descompones poco a poco como la comida que no comes por miedo a dejar mas hueco donde el dolor pueda alojarse. Te mueres en un silencio tan profundo que nadie escucha, unos gritos tan callados que nadie oye. Tu mirada recorre ansiosa el viento intentando chocar de frente con algún carpintero, necesita un clavo para sacar al clavo anterior. Él cual se clavó demasiado hondo atravesando la fina piel de su corazón, dañando el interior con su veneno de mentiras. Lanzas miradas de socorro pero nadie las entiende, prefieren fijarse en tu sonrisa, es más bonita y parece demasiado real. Tu mente te quiere hacer parecer fuerte para que nadie pueda volver a hundirte, pero tu corazón se muere y necesita a alguien que le reanime, que al fin y al cabo él es que impulsa la sangre hasta
tu cerebro.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Sentimientos.

Los sentimientos no se pueden manipular, tu no eliges a quien querer, ni de quien enamorarte. Tu no eliges el nombre que te produce las sonrisas ni el que te retuerce las tripas. Tu no decides cuando dejar de sentir o cuando dejar de querer a alguien. Lo único que puedes hacer tú es despedirte de esa persona a la que tu corazón ha rechazado. Tú eres el responsable de transmitirle con palabras a una persona a la que le decías te quiero que ya no la quieres. Tú corazón es caprichoso y tus labios los culpables de demostrar tanto el cariño como el vacío que sientes. Tanto los sentimientos como las despedidas. Somos indecisos, locos que caminan solos por un mundo de gente cuerda. Solos, buscando a gente con la que poder enloquecer. Somos imanes con polos iguales que se repelen una y otra vez, nos lanzan a kilómetros, nos hacen rebotar de imán en imán hasta que chocamos con uno que tiene un polo opuesto al nuestro y al cual nos quedamos pegados. Los polos opuestos se atraen, pasan tiempo juntos, se gustan, cambian el uno por el otro hasta parecerse tanto que dejan de ser polos opuestos y vuelven a repelerse. Vivimos perdidos intentando encontrarle sentido a cosas que no lo tienen. Buscando respuestas a pregunta sin incógnitas. Perdidos entre demasiadas decisiones que hacen girar nuestras vidas hasta 180º. Algunos viven siendo imanes que perdieron sus polos tiempo atrás, imanes que solo esperan que alguien se acerque para repararles o simplemente para compartir un poco de sus polos con ellos. Otros tienen una mitad negativa y otra positiva, suelen estar solos o al contrario, pegados a todo el mundo. Tú no eliges que imán quieres ser, simplemente estás destinado a caminar perdido hasta que alguien loco te acerque a una nevera llamada vida y te diga: Eres libre.

lunes, 27 de octubre de 2014

Relax.

A veces solo necesitas tiempo para aclararte la mente, unos segundos de soledad para organizar el papeleo de tu cabeza, para poner cada cosa en su lugar, para hacer inventario de los recuerdos que poco a poco se han ido almacenando en tu cabeza. No es malo desconectar de vez en cuando, ponerte los cascos, apoyar la cabeza sobre la almohada y perder la mirada después de recorrer el techo con ella durante unos segundos. Las piernas estiradas y cruzadas mientras tarareas la base de la canción que estás escuchando, mientras tus labioS pronuncian la letra marcada de esa misma canción de la cual marcas el ritmo con el pie. Dejar que el mundo gire libremente mientras tú te limitas a no hacer nada. Cada uno necesita su espacio y su tiempo de revivir recuerdos en silencio. Todo el mundo necesita su tiempo para pensar un poco en él mismo. Y después de darle mil millones de vueltas a todo, después de marear a los sentimientos durante un rato, toca coger aire y soltarlo lentamente para que pueda recorrer cada milímetro de nuestro cuerpo, llevándose consigo todo el estrés. Te estiras un poco recolocando cada músculo en su lugar y le pegas una calada más al mundo antes de levantarte y poner los pies sobre él. Utilizar el tiempo para hacer algo que no sea moverte, leer, ver la tele o simplemente pensar también es aprovechar el tiempo, solo que una manera diferente. Y es que si ni nosotros mismos le dedicamos tiempo a relajarnos, ¿quien lo hará por nosotros? Una vida de ajetreo y locura acaba con la paciencia de cualquiera, pero no esperes que te entiendan, hay gente que se pasa la vida dedicándole tiempo a relajarse, y eso tampoco es bueno. Utilicemos unos minutos de nuestro tiempo libre para ser libres durante unos minutos.

sábado, 25 de octubre de 2014

Orgullo bipolar.

No importa cuantos días pasen desde que te fuiste. No importa cuanto tiempo pase hasta que te vuelva a ver. No importan ni los kilómetros ni los miles de "buenos días" que me prometiste y que no me has dado. Da igual cuantas mentiras nos hayamos dicho o cuantas veces nos hayamos "equivocado" de conversación al decirnos alguna cosa bonita. No importa que se nos olvide llamarnos de vez en cuando, no importa que estemos semanas sin dirigirnos la palabra, no importa cuanto pueda llegar a odiarte cuando veo esas fotos tuyas tan sonriente y con otra al lado que no soy yo. No importa lo feliz que estés sin mi o la poca falta que parece que te hago. No importa nada de todo eso, me da igual necesitar tus abrazos y que tu ni siquiera te acuerdes de mi olor. Todo eso no importa porque siempre llega un día en el que de repente me envías ese mensaje diciéndome que aún te acuerdas de mi, que me echas de menos. Esas palabras son capaces de ocultar todas esas heridas abiertas, de olvidar todos los errores, de borrar todas las mentiras. Esas simples palabras son capaces de dibujar las sonrisas mas bonitas en mi cara y de recordarme por qué aún tengo ganas de abrazarte. Esas palabras me hacen poder respirar hondo sin sentirme rota, sin tener ganas de romperme. Ese "me acuerdo de ti" despierta esas mariposas que parecían cadáveres en mi estómago y ese "te echo de menos" desgarra mi estómago para que las muy putas puedan salir a fuera. Porque mi cabeza es mucho más retorcida que cuatro palabras bonitas; "Coge tus mentiras baratas y véndeselas a otra que se las vaya a creer". Si tanto me echases de menos vendrías a abrazarme y me lo susurrarías al oído, no me mandarías un mensaje mugriento desde tu sofá porqué te aburres y has encontrado mi nombre por casualidad entre tu lista de contactos.

Llueve.

Abrir los ojos en mitad de la tempestad, notando como las gotas de agua recorren tu rostro fundiéndose con tus lágrimas saladas. Ahogarte con tu propio ansia de más, de querer más, de necesitar más. Y mientras oyes el agua caer gritas, escupes palabras ácidas que se traga el viento. Nadie te escucha al igual que nadie está viendo como poco a poco te estas deshaciendo, como poco a poco te estas rompiendo. Nadie ve como los pequeños pedacitos de ti están cayendo al suelo convirtiéndose en añicos. Nadie entiende porque tu respiración está tan acelerada, y es que nadie sabe la presión que está produciendo tu corazón en el pecho al intentar salir para darle dos hostias a ese que hace un rato estaba prometiéndote la luna. Nadie sabe el dolor que causan los pulmones ahogándose por la falta de aire, desinflándose como globos poco a poco. Son tantas las palabras que nunca dices, son tantos los sentimientos que te guardas, que a veces notas como se te forman nudos en la garganta, como te atragantas con todas esas palabras que no dices. Nadie se está dando cuenta de que estás tirada en el suelo sufriendo un ataque de ansiedad, nadie ve como el mundo te está dando una paliza en mitad de la calle, nadie escucha como gritas auxilio mientras las mentiras te revientan a patadas, mientras el humo negro de tu pasado y no el del tráfico está acabando con tu respiración. Estás muriéndote por dentro mientras el mundo exterior avanza sin pausa. Los semáforos siguen cambiando de color, la lluvia sigue cayendo, la gente sigue caminando con capuchas y paraguas, las ruedas de los coches siguen girando, los autobuses sigue con sus rutas y tu ahí estás, avanzando entre un montón de gente que no te conoce ni se parará a hacerlo. Sintiendo todas esas hemorragias internas causadas por los golpes del tiempo pero callada y sonriente por fuera, como si la vida no fuese lo suficientemente puta como para hundirte.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Recuerdos Eternos.

Mientras coge una gran bocanada de aire nota como los pequeños pedazos de su corazón roto se le clavan en el alma. Mientras el aire inunda sus negro pulmones por el exceso de tabaco consumido para calmar la ansiedad, nota como le empiezan a sangrar los recuerdos. 
Mientras poco a poco escupe el aire gris cargado de dolor, piensa en el sufrimiento de respirar mentiras constantemente. De tragárselas aun sabiendo lo que eso significa, de intentar comprenderlas, de intentar perdonar a quien te las susurra al oído. Suponer que lo hace por verte sonreír, o egoístamente porque no puede verte llorar. Los abrazos no cicatrizan las heridas, los besos no hacen que dejen de sangrar. Y es que ninguna herida se cura de la noche a la mañana, ninguna mentira se olvida cuando despiertas. Olvidar a un mentiroso para enamorarte de otro aún peor, de otro que se dedicará a abrir las viejas heridas y a hacerlas todavía más profundas. Y es que los seres humanos amamos tropezar doscientas mil veces con la misma piedra, amamos caernos y rascarnos las rodillas. Pero tan solo nos gusta hacerlo para ver quien es capaz de venir a levantarnos. Tropezar con una piedra tan solo es un sinónimo más de tocar fondo e impulsarnos cogidos de la mano de alguien. Las sonrisas, los nuevos abrazos, los sentimientos y los recuerdos que estas creando de cero tan solo son un libro más que acabas de empezar a escribir. Un libro que dentro de unos capítulos desearás quemar para poder olvidar todo lo que hay escrito en sus páginas. Y algún día, con el alma llena de cicatrices y las piernas repletas de heridas de guerra, recordarás todos esos libros que como bien sabes no sirvió de nada quemar. Y te arrepentirás de todas y cada una de sus historias, hasta tal punto que las cadenas que te atan a ellos impidiéndote avanzar serán eternas.

lunes, 20 de octubre de 2014

Tiempo.

La vida es más efímera que un segundo mal contado. El tiempo es más valioso que cualquier fajo de billetes. Los latidos de un corazón valen más que cualquier sobredosis de poder. Prefiero sentir a comprar sentimientos, prefiero vivir a que otros vivan por mi. Si no existiera un mañana no valoraríamos el hoy ni recordaríamos el ayer. Necesitamos el tiempo para sentirnos vivos, para recordar porque es tan importante sentir como nuestro corazón golpea contra nuestro pecho cada vez que se nos acelera el pulso. Necesitamos chutes de adrenalina que nos recuerden que aún nos queda tiempo, pero que no podemos controlarlo. No podemos manipular nada de lo que ocurre a nuestro alrededor, todo ocurre en un lugar en el segundo exacto. Siempre pensaremos en que hubiese pasado si hubiésemos llegado un minuto antes, o un minuto después, pero no importa porque el destino está organizado para que estés donde tienes que estar en el momento exacto. Porque todo tiene una razón de ser, porque las casualidades no existen. Disfruta cada segundo como si fuese el último, porque debes asegurarte de que cuando llegue ese último segundo antes de que tus latidos cesen, tu último recuerdo sea el sonido de tu risa y no el de un frenazo mal dado. El tiempo es el mayor tesoro de cualquier mortal, malgastarlo debería ser un delito. Robar tiempo será el trabajo mejor pagado dentro de unos años, porque todos ansían vivir pero los que mejor podrían hacerlo no saben como hacerlo. No valoran lo que tienen hasta que lo pierden y ya no tienen nada que valorar por la falta de latidos.

domingo, 19 de octubre de 2014

Borrado.


Me duele el vacío de mi alma rellenado con aire para disimular. La soledad de las risas que me callo, la compañía que los pensamientos se hacen en mi cabeza cada noche y que mi boca es incapaz de pronunciar el alto. Me duele la distancia de tus "te necesito" y las escusas que pones para no acabar con ella. Me destrozan a mordiscos el estómago las mariposas cada vez que a mi cabeza le da por pensarte. Un montón de puñales se clavan en mi espalda cada vez que intento hablarte. Un millón de dudas se me comen viva mientras marco tu número. Demasiados segundos de espera para que la yema de tu dedo descuelgue mi llamada, demasiados minutos para que tus labios escupan un mísero hola. Así que mientras espero devorándome las uñas a que te acuerdes de mi nombre y no me confundas con la de los Martes, me deshago convirtiéndome en otro montón de asquerosos insultos que me encantaría gritarte al oído cuando descuelgues. Pero no podré, porque como siempre saltará el buzón de voz recordándome que ya no te importo, que ya ni siquiera echas de menos mi voz o mi risa inquieta. Me duele ver como el viento se llevan las cenizas de donde hubieron llamas hace ya tiempo. Perderlo todo por miedo a perderlo, resulta absurdo pensarte más tiempo. Prefiero obligar a mis sentimientos a que se suiciden a que ellos me obligue a mi a hacerlo. Borraré tu contacto por última vez y me obligaré a olvidar tú número pronunciando números al azar como de costumbre. Y ahora que el viento se trague tus mentiras y se las lleve hasta otra que se las crea como yo me las creí.

viernes, 19 de septiembre de 2014

Miradas.

Hay gente que con solo mirarte es capaz de saber como te sientes, qué te pasa, por qué no sonríes o simplemente qué necesitas. Pero hay otra gente que por mucho que te mira no te ve. No buscan conocerte, no buscan saber de ti. Serás esa chica "guapa" con la que se cruzaron en aquella estación de metro, o esa sonrisa tímida que les saludó desde el andén contrario. No serás más que un tímido "buenas tardes" que se les sentó al lado en aquel metro. Te olvidarán, porque no emplearon el tiempo suficiente en mirarte para poder recordarte después. Nos convertimos diariamente en recuerdos borrosos. Nos cruzamos con cientos de personas al día las cuales en un 88% de veces no nos conocen. Tampoco se molestarán en hacerlo, nos han enseñado que hablar con extraños está mal, por eso no miraremos a los ojos a alguien no conozcamos durante más de dos segundos. Por eso nunca llegaremos a ser amigos de esa persona con la que coincidimos cada mañana en el metro de ida. Por eso nunca llegaremos a quedar con ese chico que nos sonríe cada vez que pasa a nuestro lado en la estación. Y es gracioso porque cada vez que subo a un metro me fijo en mi alrededor, juego a averiguar cual será la vida de cada persona y por qué estarán sentados en el mismo metro en el que estoy yo. Mientras ellos miran las pantallas de sus móviles obsesionados yo me dedico a mirar más allá de lo que cualquiera podría ver.

Ahogada.

Tres minutos de interminable silencio. Ciento ochenta segundos en los que te planteas si seguir respirando merece la pena. Mientras a casi cuatro metros de profundidad te desinflas como un globo soltando el aire que todavía te queda dentro, rozas con los dedos de los pies las algas del fondo de esa gran mentira. Desde el primer hola hasta la última ola que te separó de él. La corriente os acercó, haciendo saltar chispas, que pena que fueras tú quien resultó electrocutada y no él... El viento agitándote el pelo mientras él te contemplaba cual tiburón vigilando una presa, merodeando a tú alrededor. Te cazó, te hizo suya hasta tal punto que la única escapatoria era esa, ocultarte bajo el mar de mentiras, dudas y verdades nunca dichas que te atrapaba. Ahogándote poco a poco entre tantas cosas que no entiendes, con los ojos abiertos bajo unas aguas demasiado saladas, casi ácidas. Cegada por la desesperación de no comprender nada, perdiendo aire a cada segundo que desciendes un centímetro más. Fusionándote con la realidad difusa que has vivido durante meses, desapareces. Cierras los ojos y escupes la última pizca de aire que te queda, como si él te hubiese obligado a hacerlo. Abrir los ojos y despertar en la orilla de alguna playa, tu único objetivo, tu única escapatoria.

martes, 16 de septiembre de 2014

Vuelvo.

Llevo demasiado tiempo sin decir nada de lo que pienso, sin escribir nada de lo que siento. Ahora mismo tengo tantos pensamientos, tantas ideas y opiniones golpeándome la cabeza tan fuerte, intentando salir a fuera, que no me aclaro. Lucho por decir algo con sentido, por aclararme de una vez. Lucho por entender lo que yo misma intento decir. Voy perdida, saturada. Te dicen que hables pero no te escuchan. Te dicen que van a estar ahí, pero no están. Te dicen que si estás mal les llames, pero no te oyen gritar. La paciencia no es infinita pero el silencio sí, y puedo estar callada durante mucho tiempo. Hay gente que se ahoga con las palabras que nunca dice, yo soy más de atragantarme por intentar decirlas todas a la vez y acabar por no decir ninguna. Es más sencillo callarse y asentir cuando alguien te pregunta si estás bien, a explicarle por que hoy no te da la gana seguir fingiendo una sonrisa de oreja a oreja. Intento coger bocanadas grandes de aire con las que rellenas los huecos vacíos, pero no es fácil. La confianza da asco, sobre todo cuando confías en personas que te fallan. Odio que el corazón se me encoja cada vez que alguien me abraza, por miedo a que ese abrazo sea el último. Odio hablar todos los días con una persona y que de repente, porque sí, perdamos el contacto como quien pierde el último tren del día. Y ahora, perdida entre ideas nada claras, intento volver a mi y en silencio, camino sin rumbo pensando en no pensar más.

viernes, 8 de agosto de 2014

Fuego.

Hablo de arder, pero no de arder como arde la pasión sino de arder como arde el odio. El odio te abrasa por dentro transformando en rabia todas esas palabras que te callas por no aumentar la pelea. Rabia que se consume en tus nudillos mientras impactan con la pared. El odio infiltrado en tus venas recorre tu organismo hasta volver al corazón, destrozando todo lo que ve a su paso; sonrisas, recuerdos, miradas, sentimientos... Todo reducido a cenizas que aún arden. Quemado por dentro aspiras una fuerte bocanada de aire que parece calmar el incendio. La mantienes dentro unos segundos tratando de encontrar esa paciencia que ya no te queda y la sueltas, escupiendo aire cargado de basura y de dolor. Sonríes para fingir que estás bien como de costumbre, das la razón como a los tontos, asientes sin cesar... Pero sabes que el pulso se te está volviendo a acelerar, que los nervios le están ganando a la paciencia, que ahora mismo eres como una bomba de relojería y en cualquier momento podrías explotar. Necesitas estar solo. Pagas con la pared unos cuantos problemas, le gritas a quien no toca otros pocos, te separas de quien no tiene la culpa y te olvidas de quien te apoya. Soledad se llama a lo que necesitas. Porque a una bomba o le cortas el cable adecuado o estalla. Y sabes que como alguien se equivoque, las consecuencias pueden ser demoledoras. Cierra los ojos y respira, ahora toca limpiar las cenizas y empezar a replantar de nuevo.

jueves, 31 de julio de 2014

Sonríe.

La felicidad es el secreto más bien guardado de la vida y nadie lo ha descubierto aún. Mucha gente se ha acercado, mucha gente cree que lo sabe, pero no. La felicidad es la efímera como un suspiro. No puedo explicarte como estar feliz, pero sí como no estar triste. Empieza por sonreír, una sonrisa te abrirá demasiadas puertas. No hay nada como esa sensación que invade tu cuerpo cuando alguien te devuelve una sonrisa. Abraza más y besa menos. Siente más y habla menos. Demuestra más y di menos. Intenta ser la parte feliz de ti mismo, la cara alegre. Demuéstrale al mundo que eres de esas personas que te saca una sonrisa con solo decirte "Hola". Si transmites alegria, aunque no estés en tu mejor momento, esa alegría se te acabará contagiando, porque al final nos convertimos en lo que fingimos ser. Y no olvides esto: "la felicidad es un estado mental, y como todo, necesita práctica. Dedica cinco minutos del día a sonreír y al final te saldrá solo".

miércoles, 30 de julio de 2014

Cobarde.

¿Como puedes mirarte al espejo y no sentirte culpable? ¿Como puedes caminar cabizbajo y no consumirte? Admiro tu forma de afrontar los problemas, yo sería incapaz de hacerlo igual. Alucino con tu manera de tomarte las cosas, como en silencio te deshaces. Te encierras en tu cuarto y te quemas por dentro, piensas una y otra vez en todo,  le das vueltas hasta que tú mismo te hundes, tú mismo te lanzas de cabeza a un pozo sin fondo en el que te ahogas. Porqué tú eres el único culpable de no estar sonriendo ahora mismo. Porque prefieres caminar cabizbajo y triste, a levantar la cabeza y observar el paisaje. Porque tú eres el que elige callarse y tragarse todo lo que piensas en vez de solucionar los problemas, porque prefieres ahogarte con las palabras que no dices a soltarlas. Porque prefieres desaparecer a plantarle cara a la vida, porque eres un cobarde y te admiro por ello, básicamente porque no se como puedes vivir así, porque no entiendo como puedes vivir sin intentar ser feliz. 


jueves, 24 de julio de 2014

Culpables.

Duele, como el puñal de la amistad que se te clava en la espalda. Desgarra, como la estaca del amor que te atraviesa el pecho. Sangra, como la herida abierta del perdón, perdonas pero no olvidas. Molesta, como el padrastro de la duda. Mata, como el cáncer de la mentira. Es difícil arrodillarte para atarte los cordones cuando de tanto caer tienes las rodillas moradas. Esos moretones en tus brazos no deberían ser normales, así que no los compararé con nada. Cuesta creer en alguien, cuando nadie antes ha creído en ti.  Ahoga, como la soga de los celos incomprendidos apretándote el cuello. Derriba, como el puñetazo de un lo siento sin sentirlo en toda la cara. Rompe, como la paliza de un "te quiero" cada noche al volver a casa borracho. Hunde, como los insultos de los "No volverá a pasar" después de pegarte. Deprime, como esas camisetas de manga larga en verano en verano ocultando los golpes. Nada volverá a ser como antes. Inmersa en un mar sin fondo, empiezas a hundirte, a ahogarte, a perder la noción de las cosas. Cegada por el amor o más bien por el miedo aguantas. Te pide otra oportunidad y tu coges una bocanada más de aire y vuelves a hundirte, la diferencia es que esta vez será para siempre, la diferencia es que esta vez no tendrás la oportunidad de volver a coger aire y, sin avisar, te ahogaras, pero esta vez la culpa la tendrás tú, por haber vuelto a confiar en él.

miércoles, 23 de julio de 2014

Siente.

Es como si la garra de la vida te arañara de arriba a abajo. Como si te encerrara en su puño apretando sus nudillos hasta ahogarte. Todo oscuro, todo gris... Parece que una voz rota intenta decirte algo. Unos labios cosidos con aguja e hilo intentan gritar pero no pueden. El silencio es el peor castigo, dijo un mudo sin mover los labios. Es triste darte cuenta de que ves más en la oscuridad que con la luz encendida, dijo un ciego sin abrir los ojos. Escuchar el silencio es mi pasión, susurró un sordo al oído de otro. Con las prisas y el ajetreo de la vida, se ha perdido la costumbre de pararse a oler las flores, dijo un hombre que perdió el olfato hace tiempo. Echo de menos ese sabor amargo a colonia que me inundaba las papilas cuando le besaba el cuello, dijo ese hombre que ya no puede apreciar el sabor del helado de chocolate. A veces olvidamos lo más importante; sentir las comas de la vida, los puntos y a parte y los puntos y seguido que nos deja para tomar un respiro. Porque si no, ¿qué sentido tiene la vida ahora si nosotros teniendo 5 no los sabemos apreciar?

martes, 8 de julio de 2014

Mírame.

Si me fijara en tu mirada estoy segura de que encontraría el porqué a tantas cosas... Sé que si te mirara fijamente a los ojos, dejando que mis pupilas atravesasen las tuyas, llegaría a leerte el pensamiento. No es difícil, tú tan solo mírame, deja que te mire. Deja que mis ojos se encaprichen de los tuyos como cuando eramos niños. Deja que mi iris refleje tu sonrisa y mi pupila las ganas de besarte que tengo. Me basta con una mirada, una mirada sincera que me prometa que no me vas a dejar ir. Me sobra con que cuando sonrías, tus ojos dejen de estar tristes. Quiero que me dejes observarte, solo guarda silencio por un momento y déjame mirarte, de arriba a abajo. Recorrer cada centímetro de tu cuerpo con mis ojos adictos ya a ti. Dicen que si miras a alguien fijamente a los ojos durante un rato, surge una chispa, un cosquilleo en el estómago. Unos lo llaman amor, otros solo ganas de ti. Ganas de reducir los centímetros de distancia a besos, y los suspiros convertirlos en abrazos. Es simple, concédeme cinco minutos para demostrarte que querrás seis. Deja que mis ojos se fijen en ti, deja que mi mirada clavada en la tuya produzca un escalofrío en tu espalda. Solo te pido que me mires, que te fijes en como una mirada puede decir mas que mil labios gritando "te quiero".

jueves, 19 de junio de 2014

Heridas.

Tengo ganas de gritarte lo que mis venas llevan callando tanto tiempo. Lo que mi mente enferma ha sido incapaz de pensar en voz alta. Mientras mis labios secos por la distancia de los tuyos intentan escupir lo que siento, mi corazón ya muerto y convertido en mil pedazos late. Late de nuevo. No es vida lo que queda en su interior, es esperanza de verte tan cerca, de casi notar como vuelves a ser mío...
 Mis ojos rojos por la vida que llevo te recorren de arriba a bajo. Mientras bomito unas mariposas muertas por el tiempo, tu sonrisa se acerca lentamente. Susurras un hola tan frágil que podría romperse si hiciera un poco más de viento. Y entonces tus ojos atraviesan lo más profundo de mis pupilas, parece que me estés leyendo el pensamiento. Y es en ese momento cuando mi corazón jodido se pregunta qué pasó. Qué hizo que todo acabara. Y es justo ahí cuando te das cuenta de que el tiempo pasa pero no cura las heridas, algunas cicatrizan y otras solo se quedan abiertas cogiendo polvo. Y después de todo el tiempo que ha pasado, te das cuenta que aún sigues enamorada de una herida que todavía sigue abierta. 

domingo, 18 de mayo de 2014

"Amigos"

Vamos a ver si eres tan fuerte como pareces. Vamos a empujarte, vamos a tirarte, vamos hacerte caer y cuando te levantas, patada en la espinilla y al suelo, y cuando te levantes, puñalada en la espalda y al suelo. Y cuando empieces a arrastrarte intentando huir, patada en el estómago. Vamos a destrozarte tanto que ya no te podrás ni mover. Cuando nos cansemos, te pediremos perdón, te extenderemos la mano para que la cojas, para ayudarte a levantarte, y cuando estés de pie, cuando ya confíes en nosotros, cuando menos te lo esperes, el suelo será otra vez tu mejor amigo. Te haremos promesas, pero serán mentira. Te sonreiremos, pero serán sonrisas falsas. Te abrazaremos, pero a tus espaldas solo hablaremos mierda de ti. Vamos a hacer que tu vida se resuma con la palabra "farsa". Vamos a conseguir matarte por dentro, y estamos convencidos que de matarte por fuera ya te encargas tu sola. Todo en lo que creías se hará pedazos, no confiarás ni en tu propia sombra. Estarás sola frente a un montón de gilipollas. ¿Y qué harás? Levantarás la cabeza y les sonreirás. Tu sonrisa dirá que estás bien, pero, alguien que todavía no conoces, algún día, te mirará a los ojos y sabrá que no estás bien. Y sin decir nada, te abrazará. Ese, será el abrazo más sincero que te habrán dado nunca y ese, será el amigo más real que tendrás jamás.

lunes, 5 de mayo de 2014

Ya no te creo.

-Lo hice sin pensar, mi intención no era hacerte daño, de verdad. Sí, se que la cagué. Vale, pude que lo jodiera todo. Que sí que lo hice mal, pero por favor, para ya. Deja de reprocharme las cosas, deja de echármelo todo en cara. Te he pedido perdón mil veces, te he demostrado mil veces más que lo siento. ¿Qué más quieres? Enserio, ¿qué quieres que haga? ¿Que me arrodille y te pida perdón, que te jure que no volverá a pasar? 
-Tus "Te quiero" sonaban tan reales...
-Y lo eran, y lo fueron. Joder que lo siento, las cosas cambiaron tan de golpe...
-¿Sabes qué es lo peor? Que me creí todas tus mentiras...
-No fueron mentiras, lo que vivimos si que no fueron mentiras.
-Tus besos, tus abrazos, tus caricias... todo mentira.
-Cierra la boca ya, no puedo más.
-Me mentiste.
-No te mentí, solo no te supe querer como merecías y preferí apartarme antes de hacerte más daño.
-Mientes otra vez.

Perdiendo el control.

Sangrando letras. Puñalada a puñalada olvidas. Puñalada a puñalada recuerdas, otra mas en la espalda y caes. Revientas, explotas, un vaso de cristal que estalla contra el suelo. Te esfumas. Te consumes. Humo entrando por tu nariz. Un caló de un cigarro amargo, un trago de un whisky con hielo. Un ron cola para olvidar. Olvidando. Escribiendo por escribir. Escupiendo veneno. Tragando saliva mientras una voz activa te recuerda que no vales nada. Que te olvides, que te vayas. Podrido por dentro. Y no hay más. ¿Aún no estás muerto? Se llama suerte, no talento. Disfruta el momento o todo se esfuma, se pierde entre cenizas. Se oculta entre sonrisas. El dolor no existe para sus ojos, está oculto en un corazón roto. Un corazón ya hueco. La piel erizada, los pelos de punta, demasiados cristales en el suelo, los recuerdos ya borrosos, demasiado alcohol en vena. Un sueño roto, una historia mal contada. Su mente cerrada escupiendo mierda, "CIERRA LA BOCA", gritan sus ojos mientras sus puños lo destrozan. Y ya está, otra historia más que no tiene ni un mísero final.

jueves, 24 de abril de 2014

No es rencor.

No te odio por dejarme sola, por hacerme sentir sola. No te odio por romperme en mil pedazos, ni por provocar un terremoto en mi interior. 
Tampoco te odio por el huracán de emociones ni por el diluvio de recuerdos. Simplemente te odio por irte, por dejar que un simple vendaval me aleje de ti. Que una simple brisa marina me despierte sola en mitad de una playa desierta de personas, desierta de amigos o de simplemente conocidos. Me alejaste de todo, me separaste hasta de los que consideraba familia y una vez allí, lejos, me abandonaste a mi suerte perdida en un laberinto sin salida. Pero opté por escalar y conseguí otra perspectiva, te vi perdido, se te había olvidado el camino de vuelta a casa. No pude evitar reír cuando te vi allí solo. La verdad es que no pensaba ayudarte, tan solo me senté a observar como te ibas tirando piedras a tu propio tejado hasta hundirlo. Cuando te diste cuenta, intentaste avanzar, volver a por mi, me necesitabas, me echabas de menos, lo vi en tus ojos y en tu falsa sonrisa. Pero ya era tarde, yo ya no estaba allí. En mi lugar había otra, otra con la que intentaste olvidarme, otra que te hizo recordarme más. Y ahora cada vez que te quedas solo de nuevo piensas en mi, en lo feliz que se me ve lejos de ti y en como no me afectó que te fueras. 

Silencios que hablan.

Perdimos el control de la situación, nos dejamos llevar por falsas atracciones. Por falsas caricias que nos erizaban la piel. Con los pelos de punta y las miradas clavadas entre nosotros, nos perdimos, nos perdimos en un beso tan de mentira que parecía verdad. Solo era necesidad, o eso intentaba creer. Pero en el fondo tú no eras un juguete más con el que pasar el tiempo, pero yo para ti si lo fui. Pasaron los días, los besos dejaron de sabe a nubes y las caricias empezaron a ser ásperas. Te miré a los ojos fijamente y en ellos pude ver reflejado el dolor de no quererme. El dolor que te estaba matando al verme feliz contigo. Tu no me querías, pero eso yo ya lo sabía desde el primer abrazo. Yo a ti te importaba pero no lo suficiente como para llegar a quererme de la forma en la que yo te empezaba a querer a ti. Anocheció, como cada día juntos, pero esta vez en vez de un beso fueron dos, uno en cada mejilla, y en vez de un "Hasta mañana" fue un "Adiós". Ambos sabíamos lo que acababa de pasar y como sin decirnos nada, todo se había esfumado para siempre.

sábado, 12 de abril de 2014

Sigue.

Dicen que antes de conseguirlo necesitas caerte. Que antes de entender lo que significa ser feliz, tienes que ser triste. Que antes de estar bien, tienes que estar mal. Que antes de llegar a la cima, tienes que caerte varias veces montaña abajo. No es fácil alcanzar la meta; por el camino sufrirás lesiones, caídas inesperadas, empujones y alguna que otra piedra mal puesta. Pero no te preocupes, siempre acabarás levantándote. ¿Sabes qué pasa? Que para valorar lo que tienes te hace falta perderlo. Que para alcanzar el cielo con la punta de los dedos tienes que tocar fondo e impulsarte. Nada es fácil. Pero tranquilo, cuanto más gris sea el camino, cuanto más difícil parezca, cuanto más jodidamente complicado creas que es, cuando estés en el suelo, cansado ya de andar sin rumbo, cansado de caerte y levantarte una y otra vez. Cuando sientas que ya no puedes más será cuanto más cerca estés de lograrlo. Así que no te rindas y sigue, la meta esta más cerca de lo que crees. 

lunes, 31 de marzo de 2014

Olvida lo que te mata.

Vamos a cerrar los ojos, vamos a dejar que el tiempo pase, vamos a dejar que las imágenes se hagan recuerdos y las palabras simples canciones. Vamos a bajarle el volumen a las voces, a los ruidos, a los insultos... Vamos a borrar las miradas de odio, vamos a borrar lo que vimos. Vamos a esperar unos segundos. Vamos a apretar los puños con fuerza encerrando en su interior todas las mentiras, todo el dolor. Y ahora vamos a dejar de hacer fuerza, a relajarnos, para que todo se vaya, para que todo se vaya muy lejos y no vuelva nunca. Vamos a coger aire con todas nuestras fuerzas, hasta inflarnos como un pez globo. Vamos a aguantar unos segundos el aire, dándonos tiempo de pensar, o de simplemente no hacerlo, dándonos tiempo de dejar nuestra mente en blanco. Y ahora, vamos a soltarlo tan despacio que va a parecer que tenemos aire infinito dentro. Vamos a dejar que todos los golpes se olviden, que todos los moretones se borren, que todas las cicatrices se cierren. Y ahora cuando te levantes ya no vas a ser tu, ahora cuando te levantes serás esa persona que siempre quisiste ser y no pudiste por miedo a que te hundieran. Por miedo a que las criticas te hicieran caer. Ahora vas a ser esa persona que no pierde sus sonrisa por nada del mundo. Esa persona que persigue sus sueños hasta alcanzarlos. Esa persona que vale la pena, esa persona fuerte y decidida que en e fondo eres. Esa persona que no puedes ser porque todavía sigue en tú habitación llorando en silencio, esperando a que alguien se de cuenta de que está pasando.

miércoles, 5 de marzo de 2014

No quiero ser una más.

El problema no eres tú, ni tus falsas sonrisas, ni tus falsos "te quiero" o tus falsos abrazos. El problema soy yo, soy yo cuando me ilusiono con todo ello, cuando me creo que por un momento te importo de verdad. Cuando me imagino que de verdad sientes lo que dices, que de verdad haces lo que sientes. El problema soy yo ilusionándome, creyéndome especial, cuando en el fondo, no lo soy. Tan solo soy una más a la que le das los buenos días cada mañana, tan solo soy una más a la que no paras de achuchar, a la que no paras de hacer sonreír. Tampoco te culpo a ti, si eres así, si eres capaz de hacer feliz a tanta gente es porque algo estás haciendo bien. El problema es que sé que si me haces sonreír me puedes llegar a enamorar. Y no, no quiero enamorarme de una ilusión. Así que si verdaderamente lo sientes, si verdaderamente te importo, hazme sentir especial. Hazme sentir diferente, haz que cada abrazo parezca único y, por favor, solo dime que me quieres si verdaderamente lo sientes. No juegues a ilusionar, no juegues a ser perfecto, no juegues a llevarlas a todas locas. Porque cuando una te importe de verdad, para ella tan solo serás uno más, y ella, para ti, será la única, la diferente, la especial. O se lo demuestras, o la perderás para siempre.

martes, 25 de febrero de 2014

Te quiero, pero...

Si te caes me reiré, si te ríes me callaré, solo para hacerte quedar en ridículo. Si hablan mal de ti, añadiré un "ya ves" cada vez que te critiquen aunque en el fondo solo les quiera partir la cara. Si me miras, te miraré, si me sonríes te ignoraré, solo para que pienses que no vales nada, que no me mereces. Si me preguntan diré que no te conozco, aunque cada noche me vea tus fotos una y otra vez. Ignoraré cada mensaje solo para que pienses que me molestas, pero en el fondo me estaré muriendo de ganas por hablar contigo. Diré que eres horrible, pero todas las noches soñaré contigo. Fingiré que no me importas, pero en el fondo solo me estaré muriendo de ganas por abrazarte. Te quiero, pero te diré que te odio solo para que tú me quieras a mi.


<<Voy a odiarte hasta que me ames para que me ames hasta odiarte>>



lunes, 24 de febrero de 2014

No quiero..

No quiero perder la sonrisa, no quiero perder las ganas de sonreír. No quiero olvidar tu risa, ni lo que me haces sentir. No quiero perder los abrazos, no quiero perder los te quiero. No quiero perder las despedidas. No quiero perder nada de lo que un día perdí. Luché por ello, luché para tenerlo. Ya me lo quitaste una vez, no me lo vas a quitar dos. No pienso perder las sonrisas tontas, las risas contagiosas. No pienso perder esa sensación cuando abrazas a alguien y se te pega su olor todo el día. No pienso perder las fiestas, los bailes locos y las conversaciones con gente que no conoces. No pienso perder las horas y horas hablando por teléfono; a gritos por las tardes y entre susurros por las noches. No pienso olvidar lo que pasó, no pienso olvidar lo qué sentí. No voy a olvidar en la jaula que parecía estar. Pero ahora, ahora soy libre. Ahora, después de tanto tiempo puedo gritar sin miedo a lo que los demás piensen. He luchado mucho para recuperar todo esto. No pienso dejar que me lo quiten. No quiero perder las ganas de ser feliz ni los motivos para serlo. Y hoy, con mi mejor sonrisa puesta en la cara, me atrevo a decir que esto era lo que necesitaba; aire. 

miércoles, 19 de febrero de 2014

Sonreír por sonreír.

Aunque sonría no significa que esté feliz. Las sonrisas solos son máscaras que todos nos ponemos alguna vez; para que no nos pregunten, para que piensen que todo va bien. Pero no, las cosas no son tan simples.
Podré sonreír durante todo el día, podre reír infinitamente, pero cuando esté sola, ni una pequeña sonrisa conseguirá aparecer en mi cara. Cuando nadie me vea, cuando nadie esté ahí recordándome porque debo sonreír, cuando no haya nadie haciéndome cosquillas para que me ría, simplemente no sonreiré. No fingiré que estoy bien, ¿para que actuar si no hay nadie mirando? La gente se piensa que porque una persona esté sonriente significa que está feliz, pero no, las cosas no funcionan así. A veces necesitas mirar a los ojos a alguien para saber si realmente le pasa algo. Porque por mucho que sonrías, tus ojos van a seguir tristes, recordando lo que han visto y transmitiéndolo a forma de disco rayado en tu cabeza. Podrás sonreír todo lo que quieras, pero a mi no me engañas, se que necesitas un abrazo.

lunes, 27 de enero de 2014

Desearía revivir tantas cosas...

Tengo su risa grabada a fuego en mi cabeza. Es cerrar los ojos y escucharla. O leer sus "jajaja" y empezar a reírme porque me lo imagino enfrente de mi, riéndose como de costumbre, sonriéndome o haciéndome cosquillas. Hay momentos tan perfectos... Son ese tipo de momentos en los que parece que se para el tiempo. Ese tipo de momentos que desearías que fueran eternos, para siempre. Que desearías poder pausar y mirar detenidamente para poder recordarlos después. Desearía poder revivir tantas cosas... A veces desearía tener una máquina del tiempo para poder volver a ese segundo exacto en el que me sonreíste por primera vez. O volver a ese primer beso. Desearía tanto volver a sentir esas mariposas... Mataría por poder volver a sentir tus abrazos ahora que hace frío, o por tenerte aquí enfrente sentado de nuevo, mirándome a los ojos y recordándome cuanto te importo, diciéndome que no te vas a ir nunca y que aunque no estés, me vas a seguir queriendo. Aun a kilómetros de mi, vas a recordar mi olor, mi risa, mis gritos cuando me haces rabiar o mis hoyuelos. Pero, ¿sabes qué? Todo es efímero, antes o después se acabara todo. Y hasta que ese momento llegue, pienso darte los buenos días cada mañana y recordarte cuanto te quiero cada noche.

jueves, 9 de enero de 2014

Parecer fuerte no significa serlo.

Y entonces notas como desde lo más alto se te cae el mundo a los pies. El silencio grita demasiadas verdades. Parece que algo dentro de ti se ha roto. Empiezas a mirar al techo, empiezas a pensar, pero parece ser que solo puedes pensar en cosas malas, cosas que te deprimen, cosas que te están haciendo llorar ahora mismo. No entiendes por qué, hace 5 minutos estabas de puta madre, riéndote, gritando, cantando hasta incluso bailando. No entiendes nada, pero ahora ya todo eso da igual. La música está demasiado alta como para dejarte pensar en algo. Tus ojos parecen tranquilizarse, parece que empiezan a secarse. Pero de repente empieza a sonar esa canción, esa canción que con su letra te recuerda lo difícil que es sonreír en momentos como este. Que sí, que tu vida ahora mismo parece una mierda, que todo es oscuro y pinta mal. Que los problemas parece que no tienen solución y las puertas para salir corriendo parece que se han cerrado todas. Ya no tienes salida, estás encerrada dentro de tu cabeza. Y sin darte cuenta, poco a poco, te estás destruyendo tú sola. Poco a poco te estás consumiendo, te estas rompiendo. Poco a poco dejas de ser tú y empiezas a fingir que lo sigues siendo; falsas sonrisas, falsos abrazos, falsos "estoy bien". Parece que hay algo que vuelve a ir mal ahí adentro. Pareces muy fuerte, pero tú misma sabes que en el fondo no lo eres.