domingo, 29 de septiembre de 2013

No quiero recordar.

Ni las canciones mas alegres consiguen hacerme sonreír. Ni las letras más tristes consiguen hacerme llorar. Mi mirada sigue fija en un punto borroso del horizonte. Mis ojos no parpadean, tienen miedo. Mi boca no pronuncia palabra alguna, está asustada. Mi cuerpo tiembla, hay algo que no va bien. El frío de la noche envuelve mi alma, helándola por completo. Un corazón de piedra dejó de intentar latir, se dio por vencido. Unos cuantos segundos de silencio. Un fuerte pitido y un adiós. ¿Por qué la vida es tan simple? ¿Por que un final para algo que tan solo acaba de empezar? No voy a olvidar nada del pasado, básicamente porque no puedo. Pero tampoco lo voy a recordar. Tan solo lo voy a dejar ahí. helándose por dentro. El tiempo se encargará del resto. Se que soy capaz de seguir, tan solo necesito un abrazo que me de algo de seguridad, unas palabras que me consigan animar, una frase que consiga hacerme reír, unos labios que consigan volver a hacerme sentir. Ojalá lo entendieras. Pero esto tan solo son palabras escritas sobre un folio en blanco, pensamientos que un día se decidieron perder. Subo el volumen de la música. Cierro los ojos, ahora toca olvidar. Olvidar el hoy y el ayer. Mañana será otro día, lo pasado pasado está. Y a seguir, como siempre.

Cuando parece que todo está perdido.

Cuando destrozan tu mundo. Cuando lo hacen pedazos. Cuando lo desprecian tanto que notas como se hace pequeñín. Cuando tu cielo se nubla y empieza a llover. Cuando notas tus piernas temblar, cuando parece que te vas a caer, cuando crees que no puedes más. Cuando te das cuenta de que sonreír las 24 horas es imposible. Cuando la gente te empieza a fallar, cuando empiezan a no estar ahí. Cuando olvidas el motivo por el que seguías luchando, el motivo de tu sonrisa o el motivo que todavía te mantenía en pie. Te caes. Te caes y te golpeas de frente contra el suelo. Una nube de polvo gris te envuelve impidiéndote ver por donde seguir. Tus recuerdos nublan tu mente. Sus palabras hacen que tu corazón se encoja, hacen que tus ojos lloren, que tu sonrisa se borre. Ese es el momento en el que pierdes todo lo que creías tener. Ese es el momento en el que te das cuenta de que no puedes confiar en nadie. Es el momento en el que te das cuenta de que todo es efímero, de que nada es para siempre. Todo va, todo viene. Todo lo que está se va, y pocas veces vuelve. Estás oculta tras una burbuja de mierda que te impide ver por donde seguir. Nadie puede oírte gritar, nadie pude verte llorar, nadie puede entenderte. Y entonces, cuando por fin te has dado por vencida, cuando por fin vas a cerrar los ojos, aparece esa mano, aparece esa mano que tira de ti con fuerza. Esa mano que te saca de ahí, que te hace recordar lo que es vivir y lo bonito que es sonreír a la vida.

sábado, 28 de septiembre de 2013

No dejes que te cambien.

La vida es demasiado injusta. No se le da bien repartir. Unos muy guapos otros muy feos, unos muy listos otros muy tontos. Pero la vida es así, y cada uno la vive a su manera. Cada uno con sus problemas, con sus defectos, los cuales a veces, nadie más ve. Nadie es perfecto. Nadie es mejor que tu, ni peor. Con esto no quiero decir que todos seamos iguales, para nada. Todos somos diferente, especiales, raros. Si, somos raros, nunca encontrarás a nadie igual que tu.
 Encontrarás a gente que tal vez se parezca a ti, esas personas, después, serán tus amigos, porque ellos son los que te entienden. Pero también encontrarás gente muy opuesta a ti, gente que no entienda ni tu forma de hablar, ni tu forma de reír. Gente que lo único que intentará es hacerte llorar, porque si, porque hay gente así. Ya te dije que la vida no sabe repartir. Pero esa gente es así porque no encontró a nadie con quien compartir sus problemas, nadie con quien compartir sus gustos, nadie que se le parezca. Se sienten solos, por eso intentan hacerte llorar, para hacerte sentir solo a ti y así ellos sentirse mejor.<Pero... ¿y que pasaría si no te vieran llorar? ¿Qué pasaría si se dieran cuenta de que no han conseguido hundirte? ¿De que no pueden contigo? Se sentirían más solos, se sentirían sucios de ver que tu eres tu mismo y no te hace falta que un par de tontos vengan a intentar cambiarte. Se tú, y no una copia de alguien que parece mejor. Que no te cambien, hay mucha gente como tu por ahí buscándote, no te rindas.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Enamorarse asusta, lo se.

Que difícil es querer. Para que no te rompan el corazón debes fingir que no tienes. Así de simple. Parecer fuerte; una roca sin sentimientos. Nadie te hace daño y así luego no te toca recoger pedacitos, ¿no?. Pues no. No es tan sencillo.
Puedes fingir que no tienes corazón. Puedes hacerles creer que no te duelen sus palabras, que no te duele su rechazo. Puedes conseguir que se crean que de verdad no eres capaz de enamorarte de alguien, de sentir algo por alguien. Pero jamás vas a conseguir creértelo tu mismo. Jamás vas a ser capaz de asimilar que no tienes corazón, porque tu sabes que si que lo tienes, tu lo notas ahí dentro, tu lo oyes latir cuando hay silencio y notas como se encoje cuando esa persona te mira. Podrás parecer fuerte, pero todos tenemos un punto débil. Un nombre que te hace sonreír con tan solo escucharlo. Una voz que se queda grabada en tu memoria. Un olor que desearías tener cerca. Una sonrisa, unos ojos que con tan solo mirarte, te enamoran. Todos tenemos a alguien, alguien capaz de hacerte olvidar todos tus males, alguien capaz de hacerte reír durante horas. Unos consiguen a ese alguien, y son felices durante demasiado tiempo. Pero otros... otros aún siguen pensando que ese alguien especial no está a su alcance, y se rinden... O lo que es peor, otros, ya lo han intentado con ese alguien, y no lo han conseguido, o lo han conseguido y lo han perdido. "No te enamores de alguien que vaya a hacerte daño". Podría decirte eso, pero es que es imposible controlar eso, principalmente porque uno no elige de quien se enamora. Yo solo puedo desearte suerte, y decirte que por mucho que finjas, por muy duro que parezcas, se que ahí dentro todavía hay algo que late por alguien.