martes, 15 de diciembre de 2015

Direcciones.

Hemos perdido el Norte, el Sur, el Este y el Oeste buscando canciones que ya no suenan, letras que ya no se cantan, personas que ya no bailan por miedo a caer en redundancia. Hemos caminado a oscuras cuando el sol deslumbraba en lo alto, hemos besado a tientas y hemos querido a tantos... Hemos volado o creído volar  cuando abrazábamos a la distancia después de tanto tiempo separados. Hoy he cerrado los ojos por primera vez, después de leer que la sociedad vive con los ojos cerrados, quería comprobar que se siente al ser uno más y se es mucho más feliz viviendo sin cuidado. He soñado tantas preguntas sin respuesta, he vivido tantas respuestas a preguntas que nadie hace. He sonreído sin motivos y he motivado a sonreír sin sentido. He querido como nunca me quisieron y me han querido cuando yo no quiero. Vivo anclada a arenas movedizas que tratan de hundirme, yo las llamo pasado, otros las llaman recuerdos, algunos simplemente las llaman y ellas se vuelven complicadas. Olvido con miedo a recordar, vivo con temor a olvidar, a que me olvides. Tenía prisa y dejé pasar el tren de las siete en punto conformándome con el de las ocho y no leí el cartel de "Tren Sin Retorno". Se me hizo tan largo el viaje que olvidé de donde venía y perdí el interés por saber hacia donde iba. Entonces recordé algo que sí sabía; ese no era mi tren y el miedo a volver era el que me retenía. Y después de haber saltado pienso, da igual la dirección que escojas, el camino por el que andes o los escalones que decidas subir, porque si quieres que él te encuentre, siempre sabrás a donde ir.

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