lunes, 2 de septiembre de 2013

Enamorarse asusta, lo se.

Que difícil es querer. Para que no te rompan el corazón debes fingir que no tienes. Así de simple. Parecer fuerte; una roca sin sentimientos. Nadie te hace daño y así luego no te toca recoger pedacitos, ¿no?. Pues no. No es tan sencillo.
Puedes fingir que no tienes corazón. Puedes hacerles creer que no te duelen sus palabras, que no te duele su rechazo. Puedes conseguir que se crean que de verdad no eres capaz de enamorarte de alguien, de sentir algo por alguien. Pero jamás vas a conseguir creértelo tu mismo. Jamás vas a ser capaz de asimilar que no tienes corazón, porque tu sabes que si que lo tienes, tu lo notas ahí dentro, tu lo oyes latir cuando hay silencio y notas como se encoje cuando esa persona te mira. Podrás parecer fuerte, pero todos tenemos un punto débil. Un nombre que te hace sonreír con tan solo escucharlo. Una voz que se queda grabada en tu memoria. Un olor que desearías tener cerca. Una sonrisa, unos ojos que con tan solo mirarte, te enamoran. Todos tenemos a alguien, alguien capaz de hacerte olvidar todos tus males, alguien capaz de hacerte reír durante horas. Unos consiguen a ese alguien, y son felices durante demasiado tiempo. Pero otros... otros aún siguen pensando que ese alguien especial no está a su alcance, y se rinden... O lo que es peor, otros, ya lo han intentado con ese alguien, y no lo han conseguido, o lo han conseguido y lo han perdido. "No te enamores de alguien que vaya a hacerte daño". Podría decirte eso, pero es que es imposible controlar eso, principalmente porque uno no elige de quien se enamora. Yo solo puedo desearte suerte, y decirte que por mucho que finjas, por muy duro que parezcas, se que ahí dentro todavía hay algo que late por alguien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario