domingo, 30 de septiembre de 2012

En mi mente suena un piano.

Hola soy tu sonrisa y ahora te toca pasar un rato conmigo.

Y al fin me desperté de aquel sueño, la verdad, no sabía muy bien como había llegado hasta él, pues si mal no recuerdo jamás había tenido sueño igual... Era algo tan extraño, era un sueño demasiado raro. Bien se que los sueños no los puedo controlar, pero este, se me había ido demasiado de las manos. 
Todo empezaba un día 31, no se de que mes se trataba, solo se que hacía mucho frío. Empecé a caminar, estaba en una especie de bosque oscuro, era de noche y estaba sola. Creo que estaba buscando la salida, creo que quería escapar de algo, pero no recuerdo de que. Estaba temblando y caminaba con prisa. Tropecé con algo y entonces caí rodando ladera abajo, cuando quise abrir los ojos me hallaba en una especie de ladera. Me alzaba, me limpiaba un poco las ramas y el barro y echaba a andar. En ningún momento eché la vista atrás, pues algo en mi me decía que no lo hiciera. Caminaba, pero aquello no tenía fin. Echaba la vista al cielo, era la noche mas oscura que jamás había visto. No habían estrellas y la luna apenas se dejaba ver. El frío empezaba a invadirme. Oía búhos, escuchaba ruidos, maleza quizás, o el simple sonido del viento al chocar contra los árboles. Sentía miedo. El frío se apoderó de mi e hizo que cayera. Fue entonces cuando vi amanecer, fue entonces cuando mi fría piel sintió aquellos rayos de luz, de calor. Fue entonces cuando me alcé y seguí andando. Estaba sola y perdida pero no perdía la esperanza. Continuaba andando con ánimo, con fuerza. Fue entonces cuando escuche aquel piano, parece increíble pero empecé a sentir una melodía en mi cabeza. Era una melodía simple, cuatro acordes, nada complicado. Entonces fue cuando me dije a mi misma: -¿En mi mente suena un piano?
Y efectivamente, en mi mente sonaba un piano. Era entonces cuando empezaba a bailar esa melodía. 
Ya era de día y todo parecía mas acogedor. El paraje en el que me hallaba ya no me asustaba, ya no había barro, en su lugar había césped, habían menos árboles, lo que dejaba que el sol se adentrara mas en el bosque. De repente escuché una voz, estaba cantando una canción. En mi mente la junté con el sonido del piano y era la misma canción. Era entonces cuando aparataba unos arbustos y lo encontraba, otra vez, en otro sueño, cantando mi canción.

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