domingo, 8 de febrero de 2015

Dudas Que Riman

Hay momentos en los que simplemente necesitas desconectar de un mundo que deseas que sea de mentira, el desconocido país de Nunca Jamás pero sin un Peter Pan que te lleve a conocerlo. Cuando alguien hace una pregunta el cerebro humano tarda escasos segundos en responderla, menos cuando la pregunta es demasiado difícil y no tiene respuesta, o cuando lo difícil es pronunciar en voz alta lo que tus tímidos labios prefieren callar. Pero hay veces que las preguntas más breves son las que tienen las respuestas más eternas, en mi caso esa eternidad se ha convertido en meses. Meses de eternas dudas sobre que prefiero ver, si a mi riendo o haciendo reír a la persona que mis labios censuran con sonrisas cada vez que mi mente la piensa. Meses reflexión sobre "¿por qué?" o mejor dicho "¿para quien?".

Es difícil abandonar algo que necesitas más que respirar, 
algo que cubre las partes rotas de tu alma con tiritas, 
algo que resucita los recuerdos transformándolos en historias bonitas.
La felicidad es fugaz como una estrella;
transforma tu sonrisa en un disfraz
y las verdades en mentiras de verdad.
Y otra vez golpeo mi cabeza contra la realidad 
que me aturde cada mañana cuando suena el despertador,
la vida es la que respiras y no la que deseas aunque te cause dolor.
Aguanto la respiración unos segundos, 
a ver si llega de otro mundo el oxígeno que respiro. 
Prefiero tragar piedras toda la vida arriesgando,
que hacer lo mismo de siempre y fingir que voy volando.
Cogeré aire y me lanzaré de cabeza, 
si la tristeza vacía la piscina solo será un golpe, 
aunque sí está llena, puede que me ahogue.



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