lunes, 20 de octubre de 2014

Tiempo.

La vida es más efímera que un segundo mal contado. El tiempo es más valioso que cualquier fajo de billetes. Los latidos de un corazón valen más que cualquier sobredosis de poder. Prefiero sentir a comprar sentimientos, prefiero vivir a que otros vivan por mi. Si no existiera un mañana no valoraríamos el hoy ni recordaríamos el ayer. Necesitamos el tiempo para sentirnos vivos, para recordar porque es tan importante sentir como nuestro corazón golpea contra nuestro pecho cada vez que se nos acelera el pulso. Necesitamos chutes de adrenalina que nos recuerden que aún nos queda tiempo, pero que no podemos controlarlo. No podemos manipular nada de lo que ocurre a nuestro alrededor, todo ocurre en un lugar en el segundo exacto. Siempre pensaremos en que hubiese pasado si hubiésemos llegado un minuto antes, o un minuto después, pero no importa porque el destino está organizado para que estés donde tienes que estar en el momento exacto. Porque todo tiene una razón de ser, porque las casualidades no existen. Disfruta cada segundo como si fuese el último, porque debes asegurarte de que cuando llegue ese último segundo antes de que tus latidos cesen, tu último recuerdo sea el sonido de tu risa y no el de un frenazo mal dado. El tiempo es el mayor tesoro de cualquier mortal, malgastarlo debería ser un delito. Robar tiempo será el trabajo mejor pagado dentro de unos años, porque todos ansían vivir pero los que mejor podrían hacerlo no saben como hacerlo. No valoran lo que tienen hasta que lo pierden y ya no tienen nada que valorar por la falta de latidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario