martes, 18 de noviembre de 2014

Mundos interiores.

Hoy tengo una necesidad extraña de gritar cosas, de reventar la barrera del sonido con risas. De sentirme como una esponjosa nube viajando por el cielo de tu mente. A veces tengo la necesidad de perderme en sitios extraños, de descubrir los secretos más guardados de la gente más callada con solo mirarles. Es gracioso no conocer de nada a una persona pero estar respirando su mismo aire. Me gusta recorrer el exterior con la mirada, clavar los pies en el suelo y dejar que mis ojos se diviertan buscando recuerdos con los que poder soñar luego. Paisajes a los que poder viajar cada vez que los cierre, labios a los que poder besar cada vez que lo necesite. Miradas con las que poder cruzarme una y otra vez o simplemente sonrisas que me hagan seguir sonriendo a mi. Me gusta dejar que mi mente desaparezca mientras mi cuerpo se queda sentado a solas con mi corazón intimando un poco. No hay mayor libertad que la imaginación, poder cerrar los ojos y ser capaz de viajar a ese mundo creado con recuerdos. Todos tenemos un mundo interior cerrado con rejas de alambre a las cuales si te acercas te dará la corriente. Mundos sin puertas traseras por las que poder colarte. Para poder entrar necesitaras una llave capaz de abrir tesoros como los recuerdos de alguien. Y lo más importante, antes de entrar en el mundo interior de nadie tendrás que estar seguro de que veas lo que veas jamás saldrás corriendo, de que oigas lo que oigas no lo pronunciaras en alto. Porque los recuerdos que sostienen estas vidas paralelas y solitarias también pueden ser de lo más grises. Nunca dejes la puerta a tu mente abierta, alguien podría entrar y revolverla completamente buscando recuerdos que ya no guardas ahí. Porque a veces estamos tan a gusto en nuestro planeta particular que sentimos la necesidad de compartirlo con el exterior, pero no olvides que las personas de tu cabeza son recuerdos y las personas reales jodidos ocupas de mentes. Deja que tus sentidos identifiquen a la persona que con más ganas vayas a recordar después, para soñarla cada día que el exterior deje de aportarte aire, una persona que algún día entre de tu mano en tu mundo siendo ella misma y no un recuerdo como cualquier otro.

lunes, 17 de noviembre de 2014

Almas Perdidas.

Ahorcó su alma entre un millón de porque's sin respuesta, entre un millón de preguntas sin interrogantes. Atravesó con la fina cuchilla de la verdad todos sus recuerdos haciéndole ver a su mente que eran falsos, que tan solo eran mentiras que su cabeza había creído. 
Fue el humo áspero el que inundó sus pulmones y el cual se negó a escupir, ahogando su aire con él. Perdiendo la noción del tiempo y el espacio dejo que el whisky y el insecticida acabasen con el resto de sentimientos, aseguraba que tenía mariposas devorándole el estómago por dentro. La locura ya había ocupado cada centímetro de su cuerpo vacío de realidades, relleno de escusas que la hacían menos mala. Los errores pasaban a un segundo plano cuando veías las cicatrices que escondía su mirada. Mirarla a los ojos era como leer un libro escrito con letras blancas sobre páginas blancas, incomprensible. Flotaba perdida de boca en boca con cada rumor que creía definirla, pero ni ella misma era capaz de encontrar un adjetivo que pegara con su nombre. Perdió el interés por recordar, así que se pegó un disparo mental con el dedo índice apuntándose a la sien. Un balazo ficticio que la hizo caer en un agujero vacío de realidades, lleno de palabras difusas, de sentimientos poco claros, de letras inquietas que le restaban sentido a la vida. Su mente carcomida por palabras bonitas y su corazón llenos de clavos, cuyo propósito tan solo era sacar al anterior, se vieron perdidos. Ya era demasiado tarde para intentar entender la vida, demasiado tarde para poder sobrevivir en ella. Su futuro fue cercano y su pasado quedó borroso. Presente ya no tiene, pues perdió su propio ser en una batalla contra ella misma. Cambió, dejó atrás los porque's, se limitó a dar respuestas sin sentido a preguntas retóricas, maduró y creció, pero su alma seguía colgando de aquella cuerda. 

domingo, 16 de noviembre de 2014

Gritos Callados.

Vacíos que te rellenan el alma como las lágrimas que fingen ser gotas de lluvia inundan tu cara. La soledad no es la necesidad de tener a alguien y no tenerlo, la soledad es la necesidad de hablar y ver que ni tu mismo estás para escuchar tus lamentos. El silencio rellena cada hueco de tu cuerpo que está pidiendo auxilio, cada centímetro de ese profundo vacío rellenado con palabras calladas, con oscuridad que intenta ocultar lo que te está pasando. Poco a poco te pudres por dentro, un profundo mal olor de recuerdos rellenan tu cuerpo vacío de sentimientos. Tu alma contaminada se ahoga con la peste de mentiras que te infectan. Te descompones poco a poco como la comida que no comes por miedo a dejar mas hueco donde el dolor pueda alojarse. Te mueres en un silencio tan profundo que nadie escucha, unos gritos tan callados que nadie oye. Tu mirada recorre ansiosa el viento intentando chocar de frente con algún carpintero, necesita un clavo para sacar al clavo anterior. Él cual se clavó demasiado hondo atravesando la fina piel de su corazón, dañando el interior con su veneno de mentiras. Lanzas miradas de socorro pero nadie las entiende, prefieren fijarse en tu sonrisa, es más bonita y parece demasiado real. Tu mente te quiere hacer parecer fuerte para que nadie pueda volver a hundirte, pero tu corazón se muere y necesita a alguien que le reanime, que al fin y al cabo él es que impulsa la sangre hasta
tu cerebro.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Sentimientos.

Los sentimientos no se pueden manipular, tu no eliges a quien querer, ni de quien enamorarte. Tu no eliges el nombre que te produce las sonrisas ni el que te retuerce las tripas. Tu no decides cuando dejar de sentir o cuando dejar de querer a alguien. Lo único que puedes hacer tú es despedirte de esa persona a la que tu corazón ha rechazado. Tú eres el responsable de transmitirle con palabras a una persona a la que le decías te quiero que ya no la quieres. Tú corazón es caprichoso y tus labios los culpables de demostrar tanto el cariño como el vacío que sientes. Tanto los sentimientos como las despedidas. Somos indecisos, locos que caminan solos por un mundo de gente cuerda. Solos, buscando a gente con la que poder enloquecer. Somos imanes con polos iguales que se repelen una y otra vez, nos lanzan a kilómetros, nos hacen rebotar de imán en imán hasta que chocamos con uno que tiene un polo opuesto al nuestro y al cual nos quedamos pegados. Los polos opuestos se atraen, pasan tiempo juntos, se gustan, cambian el uno por el otro hasta parecerse tanto que dejan de ser polos opuestos y vuelven a repelerse. Vivimos perdidos intentando encontrarle sentido a cosas que no lo tienen. Buscando respuestas a pregunta sin incógnitas. Perdidos entre demasiadas decisiones que hacen girar nuestras vidas hasta 180º. Algunos viven siendo imanes que perdieron sus polos tiempo atrás, imanes que solo esperan que alguien se acerque para repararles o simplemente para compartir un poco de sus polos con ellos. Otros tienen una mitad negativa y otra positiva, suelen estar solos o al contrario, pegados a todo el mundo. Tú no eliges que imán quieres ser, simplemente estás destinado a caminar perdido hasta que alguien loco te acerque a una nevera llamada vida y te diga: Eres libre.

lunes, 27 de octubre de 2014

Relax.

A veces solo necesitas tiempo para aclararte la mente, unos segundos de soledad para organizar el papeleo de tu cabeza, para poner cada cosa en su lugar, para hacer inventario de los recuerdos que poco a poco se han ido almacenando en tu cabeza. No es malo desconectar de vez en cuando, ponerte los cascos, apoyar la cabeza sobre la almohada y perder la mirada después de recorrer el techo con ella durante unos segundos. Las piernas estiradas y cruzadas mientras tarareas la base de la canción que estás escuchando, mientras tus labioS pronuncian la letra marcada de esa misma canción de la cual marcas el ritmo con el pie. Dejar que el mundo gire libremente mientras tú te limitas a no hacer nada. Cada uno necesita su espacio y su tiempo de revivir recuerdos en silencio. Todo el mundo necesita su tiempo para pensar un poco en él mismo. Y después de darle mil millones de vueltas a todo, después de marear a los sentimientos durante un rato, toca coger aire y soltarlo lentamente para que pueda recorrer cada milímetro de nuestro cuerpo, llevándose consigo todo el estrés. Te estiras un poco recolocando cada músculo en su lugar y le pegas una calada más al mundo antes de levantarte y poner los pies sobre él. Utilizar el tiempo para hacer algo que no sea moverte, leer, ver la tele o simplemente pensar también es aprovechar el tiempo, solo que una manera diferente. Y es que si ni nosotros mismos le dedicamos tiempo a relajarnos, ¿quien lo hará por nosotros? Una vida de ajetreo y locura acaba con la paciencia de cualquiera, pero no esperes que te entiendan, hay gente que se pasa la vida dedicándole tiempo a relajarse, y eso tampoco es bueno. Utilicemos unos minutos de nuestro tiempo libre para ser libres durante unos minutos.

sábado, 25 de octubre de 2014

Orgullo bipolar.

No importa cuantos días pasen desde que te fuiste. No importa cuanto tiempo pase hasta que te vuelva a ver. No importan ni los kilómetros ni los miles de "buenos días" que me prometiste y que no me has dado. Da igual cuantas mentiras nos hayamos dicho o cuantas veces nos hayamos "equivocado" de conversación al decirnos alguna cosa bonita. No importa que se nos olvide llamarnos de vez en cuando, no importa que estemos semanas sin dirigirnos la palabra, no importa cuanto pueda llegar a odiarte cuando veo esas fotos tuyas tan sonriente y con otra al lado que no soy yo. No importa lo feliz que estés sin mi o la poca falta que parece que te hago. No importa nada de todo eso, me da igual necesitar tus abrazos y que tu ni siquiera te acuerdes de mi olor. Todo eso no importa porque siempre llega un día en el que de repente me envías ese mensaje diciéndome que aún te acuerdas de mi, que me echas de menos. Esas palabras son capaces de ocultar todas esas heridas abiertas, de olvidar todos los errores, de borrar todas las mentiras. Esas simples palabras son capaces de dibujar las sonrisas mas bonitas en mi cara y de recordarme por qué aún tengo ganas de abrazarte. Esas palabras me hacen poder respirar hondo sin sentirme rota, sin tener ganas de romperme. Ese "me acuerdo de ti" despierta esas mariposas que parecían cadáveres en mi estómago y ese "te echo de menos" desgarra mi estómago para que las muy putas puedan salir a fuera. Porque mi cabeza es mucho más retorcida que cuatro palabras bonitas; "Coge tus mentiras baratas y véndeselas a otra que se las vaya a creer". Si tanto me echases de menos vendrías a abrazarme y me lo susurrarías al oído, no me mandarías un mensaje mugriento desde tu sofá porqué te aburres y has encontrado mi nombre por casualidad entre tu lista de contactos.

Llueve.

Abrir los ojos en mitad de la tempestad, notando como las gotas de agua recorren tu rostro fundiéndose con tus lágrimas saladas. Ahogarte con tu propio ansia de más, de querer más, de necesitar más. Y mientras oyes el agua caer gritas, escupes palabras ácidas que se traga el viento. Nadie te escucha al igual que nadie está viendo como poco a poco te estas deshaciendo, como poco a poco te estas rompiendo. Nadie ve como los pequeños pedacitos de ti están cayendo al suelo convirtiéndose en añicos. Nadie entiende porque tu respiración está tan acelerada, y es que nadie sabe la presión que está produciendo tu corazón en el pecho al intentar salir para darle dos hostias a ese que hace un rato estaba prometiéndote la luna. Nadie sabe el dolor que causan los pulmones ahogándose por la falta de aire, desinflándose como globos poco a poco. Son tantas las palabras que nunca dices, son tantos los sentimientos que te guardas, que a veces notas como se te forman nudos en la garganta, como te atragantas con todas esas palabras que no dices. Nadie se está dando cuenta de que estás tirada en el suelo sufriendo un ataque de ansiedad, nadie ve como el mundo te está dando una paliza en mitad de la calle, nadie escucha como gritas auxilio mientras las mentiras te revientan a patadas, mientras el humo negro de tu pasado y no el del tráfico está acabando con tu respiración. Estás muriéndote por dentro mientras el mundo exterior avanza sin pausa. Los semáforos siguen cambiando de color, la lluvia sigue cayendo, la gente sigue caminando con capuchas y paraguas, las ruedas de los coches siguen girando, los autobuses sigue con sus rutas y tu ahí estás, avanzando entre un montón de gente que no te conoce ni se parará a hacerlo. Sintiendo todas esas hemorragias internas causadas por los golpes del tiempo pero callada y sonriente por fuera, como si la vida no fuese lo suficientemente puta como para hundirte.