lunes, 5 de mayo de 2014

Perdiendo el control.

Sangrando letras. Puñalada a puñalada olvidas. Puñalada a puñalada recuerdas, otra mas en la espalda y caes. Revientas, explotas, un vaso de cristal que estalla contra el suelo. Te esfumas. Te consumes. Humo entrando por tu nariz. Un caló de un cigarro amargo, un trago de un whisky con hielo. Un ron cola para olvidar. Olvidando. Escribiendo por escribir. Escupiendo veneno. Tragando saliva mientras una voz activa te recuerda que no vales nada. Que te olvides, que te vayas. Podrido por dentro. Y no hay más. ¿Aún no estás muerto? Se llama suerte, no talento. Disfruta el momento o todo se esfuma, se pierde entre cenizas. Se oculta entre sonrisas. El dolor no existe para sus ojos, está oculto en un corazón roto. Un corazón ya hueco. La piel erizada, los pelos de punta, demasiados cristales en el suelo, los recuerdos ya borrosos, demasiado alcohol en vena. Un sueño roto, una historia mal contada. Su mente cerrada escupiendo mierda, "CIERRA LA BOCA", gritan sus ojos mientras sus puños lo destrozan. Y ya está, otra historia más que no tiene ni un mísero final.

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