Me senté en el suelo, apoyada en la pared te esperaba. Pasaba el tiempo pero no llegabas. De repente empezó a llover. Poco a poco el agua se empezó a congelar. Cuando me quise dar cuenta el suelo ya estaba teñido de blanco. ¡Estaba nevando! Me tumbé en el suelo y un precioso ángel conseguí dibujar. Estaba helada pero me daba igual. Cogí nieve del suelo y la hice una bola, entonces la lancé al infinito con todas mis fuerzas. Empecé a hacer un muñeco de nieve, me arranqué dos botones de la chaqueta, iban a ser sus ojos. Con el dedo le dibujé una sonrisa. Noté como si una mano me golpease la espalda. Me giré, estaba ahí, me despertó Parece que me quedé dormida.
-Estás helada, tus labios están muy morados, ¿has pasado la noche aquí tirada?. Deberías entrar.-me dijo.
Y una vez más parece ser que todo fue un sueño que en menos de dos días olvidaré... Fue entonces cuando fui a abrocharme la chaqueta y noté que no podía, le faltaban dos botones, giré la cabeza, mi mirada se quedó fija en el suelo, parece ser que ahí estaban mis botones, junto a un pequeño charco de agua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario