miércoles, 30 de diciembre de 2015

Vida Viviente.

Caprichosa como la reina de este baile que no tiene música ni acompañante, caminante por este mundo de idiotas va desnuda de miedos pero se tapa con unos cuantos recuerdos.
 Así es la vida, como una bailarina que no para de dar vueltas sobre sí misma, con la cabeza alta y los pies descalzos. Alzo la mirada para pedirle explicaciones, pero ella nunca da respuesta solo complica las situaciones. He pensado tantas veces que cada uno es dueño de su destino, que cuando el mío se vuelve loco e imprudente vuelvo a pensar que nada es para siempre. No puedes fotografiar instantes y vivir en ellos constantemente, no puedes grabar los recuerdos a fuego y alimentarte de ellos cuando empieces a perder la partida, en este juego en el que la vida pone las reglas y tu solo avanzas casilla tras casilla perdida, aplastando a unos, tropezando con otros, apartando a tantos... para acabar donde ella quiere, como ella quiere, sola. Porque para vivir bien no hay que sufrir hay que aprender, para reír sin pensar en los problemas no hay que beber, hay que superar, para ser feliz no hay que fingir hay que sonreír de verdad. Como una montaña rusa ella sube y baja, como una bala perdida ella impacta, atraviesa y mata. Como un corazón roto ella duele, como un loco ella es mi debilidad y me puede. Como un beso robado ella gusta, como un abrazo sin motivo ella encanta. Como una canción bonita llena de rimas ella emociona, como un ladrón ella roba corazones con encanto. Y es que la vida no es fácil, ella se hace la difícil y por eso dicen que enamora tanto.

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