miércoles, 5 de marzo de 2014

No quiero ser una más.

El problema no eres tú, ni tus falsas sonrisas, ni tus falsos "te quiero" o tus falsos abrazos. El problema soy yo, soy yo cuando me ilusiono con todo ello, cuando me creo que por un momento te importo de verdad. Cuando me imagino que de verdad sientes lo que dices, que de verdad haces lo que sientes. El problema soy yo ilusionándome, creyéndome especial, cuando en el fondo, no lo soy. Tan solo soy una más a la que le das los buenos días cada mañana, tan solo soy una más a la que no paras de achuchar, a la que no paras de hacer sonreír. Tampoco te culpo a ti, si eres así, si eres capaz de hacer feliz a tanta gente es porque algo estás haciendo bien. El problema es que sé que si me haces sonreír me puedes llegar a enamorar. Y no, no quiero enamorarme de una ilusión. Así que si verdaderamente lo sientes, si verdaderamente te importo, hazme sentir especial. Hazme sentir diferente, haz que cada abrazo parezca único y, por favor, solo dime que me quieres si verdaderamente lo sientes. No juegues a ilusionar, no juegues a ser perfecto, no juegues a llevarlas a todas locas. Porque cuando una te importe de verdad, para ella tan solo serás uno más, y ella, para ti, será la única, la diferente, la especial. O se lo demuestras, o la perderás para siempre.

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