sábado, 31 de agosto de 2013

EL VERANO, MI VERANO.

Un diario lleno de historias. Una canción  un olor, un sonido que te recuerda el verano. Ese verano inolvidable. Que ganas tenias de que llegara eh, parece mentira que se nos esté escapando ya. Si te paras a pensar, parece que fuera ayer cuando decías "Verano 2013 ven a mi". Recuerdo perfectamente el último día de clases, el primero de vacaciones. Desconectar. Olvidarte. Desaparecer. 
Deseaba tanto que fuera verano... Y realmente si ahora me paro a pensarlo, ¡Menudo verano!. Me atrevería a decir que este ha sido uno de mis mejores veranos. Han habido risas, abrazos, besos, lágrimas, personas que han entrado en mi vida y otras que han salido, han habido amigos, han habido fiestas, vestidos, disfraces, tacones. Han habido ganas de más, han habido días en los que no podía más. Han habido subidones, han habido bajones, han habido ganas de darlo todo y otras de mandarlo todo a tomar por culo. Me he olvidado de muchas personas para hacer hueco a muchas nuevas. He cambiado de aires. Pero sobretodo me he reído  me he reído mucho, me lo he pasado bien y he disfrutado cada segundo como si fuese el último. Había tantas cosas que quería hacer, cosas que no he hecho, y me alegro, porque cuanto mas planeas algo peor sale, y este a sido el verano más poco planeado de la historia. A principio de verano dije que este iba a ser EL VERANO. Y me alegro de decir a dos semanas de que se acabe, que este, ha sido y esta siendo EL VERANO, MI VERANO.

domingo, 18 de agosto de 2013

Necesitaba escribir algo.


Necesito escribir, echo de menos decir lo que pienso...
Recuerdo aquellos días en los que con tan solo escribir cuatro líneas ya me sentía bien, ya me sentía libre de nuevo. Odio que las palabras que no consigo decir formen nudos en mi garganta, odio que mi mente se llene de historias que a los dos días olvido. Necesito escribir, sentirme libre otra vez, porque estas palabras que no consigo decir son como cadenas, cadenas que me atan y me impiden avanzar. Cadenas grandes y pesadas, cadenas que solo mis dedos son capaces de romper con un simple gesto; escribiendo lo que mi mente piensa. Me mata la sensación de tener que tragarme mis propias palabras porque soy incapaz de decirlas. Estoy harta de este descanso, 2 meses si escribir me estaba destrozando por dentro. Y ahora, después de tanto tiempo, saber que cada vez que escribo sigo sintiéndome igual de bien, saber que cada vez que mis dedos dicen lo que mi boca calla, me hace sentir libre de nuevo, me tranquiliza. Por fin dejé atrás esas cadenas que me impedían seguir, por fin logré deshacer ese nudo de mi garganta. Me gusta esta sensación de libertad, hasta podría acabar acostumbrándome a ella.