jueves, 28 de febrero de 2013

Deja de llorar.

Cierras los ojos y puedes notar como esa pequeña lagrima roza tu piel mientras cae. Tu corazón está roto, en mil pedazos, y tú tan solo quieres olvidar el motivo por el que se rompió. Mientras tu cabeza lucha por olvidar, le das al play y empieza a sonar esa canción. Esa canción que te ayuda a volverte invisible. Cierras los ojos, a tu alrededor solo hay silencio.Mientras la canción suena, retumbando por cada centímetro de tu cuerpo tú tan solo piensas en olvidar, y lo único que haces es recordar aún más. Ahora mismo no eres tú, la rabia te ha consumido, a tu alrededor todo por los suelos, un agujero en la pared, un puño sangrando... Cuando abres los ojos deseas que todo haya sido un mal sueño, deseas que todo vuelva a ser como antes. Las lágrimas invaden tu rostro cuando descubres que no es así. "Deja de llorar" te dices a ti mismo, pero no funciona. Estas solo y lo sabes, eso te hace derrumbarte otra vez. Es hora de ir a cenar, con el puño de la camisa secas tus lágrimas y con los dedos dibujas una falsa sonrisa en tu cara. Nadie nunca sabrá lo que pasó aquella noche, nadie nunca conocerá el motivo de tus lágrimas, tampoco tú pondrás de tu parte para que lo hagan.

miércoles, 27 de febrero de 2013

Ganar o perder, elige.

La vida es como un frágil y viejo videojuego. Es una historia la cual tú vives, es una historia en la cual tú eres el protagonista. Hay personas que son como ese valioso juego que aquel día conseguiste pasar, o como ese otro juego olvidado que fue demasiado difícil y te obligó a rendirte. Un juego será mejor, otro peor. Una vida tendrá unas cosas y otra tendrá otras. Cada cual es único, cada recuerdo irreemplazable. Podrán haber copias, podrán haber replicas casi exactas, pero siempre sabrás cual es el auténtico. Ese momento de tensión al caer de la nave, o aquel otro al besarle por primera vez. Cada videojuego es un mundo, cada vida, cada persona, también lo es. No intentes sustituir tu historia por la de otro. No quieras cambiar tu final por miedo a que sea diferente. No olvides que en el mundo real no tienes tres vidas. Valora cada segundo, convierte los buenos momentos en recuerdos y los malos deja que el tiempo los borre. Y recuerda, eres tú quien elige ganar o perder la partida. Buena suerte.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Una realidad que no debería ser real.

A veces necesitamos que una pizca de la realidad sea falsa. Hay momentos en los que preferimos escuchar bonitas mentiras a dolorosas verdades. Vivir en un mundo de ignorancia, a veces, es mejor. Hay cosas que preferiría no saber, cosas que preferiría no haber tenido que ver. Hay cosas que me gustaría no sentir jamás, hay momentos que no desearía volver a vivir. A veces necesito injertarle una dosis de mentiras a mi cabeza, para que no piense tanto en esta horrible realidad. Cada mañana odio tener que abrir los ojos y ver que todo sigue igual, que nada cambia, a veces me pregunto el por qué. El por qué de la necesidad de auto mentirnos por el simple miedo que le tenemos a esta realidad. Una realidad tan imposible de creer, una realidad que debería ser ficticia, una realidad tan difícil que nos asusta el simple hecho de que pueda ser cierta.


Aquella mirada.

Una mirada vacía se posó sobre su espalda, pero cuando él se giró ya no estaba. Cuando se dio la vuelta, no había nadie, tan solo un dulce escalofrío recorriendo su espalda. Aquella mirada que sin ver, ya vio. Él la imaginada de mil formas, él la soñaba todas las noches, y todavía no la había visto. Tal vez aquella mirada o aquel rostro escondido tras ella era muy distinto al que el imaginaba, tal vez se desilusionaría al saber quien se escondía detrás. Pero a él le daba igual por que sin verla, ya había sentido aquel escalofrío que tanto añoraba. 
Aquella mirada desconcertada y perdida, aquella mirada que tan solo buscaba un lugar donde descansar por un instante, aquella mirada vacía, desesperada y sin vida, que sin buscar nada, lo encontró a él.

lunes, 18 de febrero de 2013

Puedes llegar más lejos pero, ¿quieres?.

Hay cosas que vemos tan complicadas, tan imposibles, que ni las intentamos. Cuando creemos que algo nos supera, que es demasiado para nosotros, nos rendimos por el simple hecho de que creemos que no está a nuestro alcance, creemos que no somos capaces de lograrlo. Es muy fácil pasar de algo, fingir que no existe; lo difícil es lograr algo que sea realmente complicado. Es decir, nosotros creemos que solo podemos llegar a un punto cuando realmente podríamos llegar mucho más lejos. Nos falta confianza y nos sobra miedo, tenemos miedo a ilusionarnos y caer. ¿Crees que los grandes llegaron a dónde están lloriqueando porque no eran capaces de hacer algo? Pues no, si llegaron a donde ahora están es porque lucharon, no se rindieron y no les importaron el dolor de las caídas.

Secretos.

Apretamos los dientes, nos mordemos la lengua y asentimos. Hay tantas cosas que querríamos decir. Hay tantas cosas que merecen ser dichas... Pero la realidad es mucho mas compleja que eso; si tú ahora dijeras todo lo que llevas tanto tiempo callando, ¿de qué serviría? 

Nos sacrificamos para no hacerles daños, nos callamos y nos tragamos toda la culpa, afrontamos solos una lucha interna en la que no formamos parte de ningún bando. Día a día somos nosotros los que aguantamos sin que ellos lo sepan, ¿pero qué pasa cuando hay involucrada otra persona? ¿Qué pasa cuando en la lucha hay un tercer bando? Pues es simple, el sacrificio es mutuo, ya no estamos solos en esto, lo compartimos todo hasta que una palabra no dicha rompe ese pequeño hilo que había entre los dos, separándoos, para siempre.


viernes, 8 de febrero de 2013

Ignóralos.

Con cada mirada quieren que te sientas inferior, con cada empujón que les temas. Con cada risa acercarse y  que cada mentira te cale más hondo. Con cada abrazo te hacen creer que les importas, pero con cada golpe te demuestran que te equivocabas. Con cada insulto pretenden hacerte llorar, y con cada "lo siento" que pienses que fue sin querer. Se que necesitas que te escuchen, se que quieres gritar pero alguien te lo impide. Se que en el fondo sabes que la culpa no es tuya. Se que tú eres tú, y ellos, tan solo problemas y envidia. 
Ignóralos. 

OLVÍDALO.

Vi como sus labios se cerraban, vi como se mordía la lengua por no decir lo que acababa de escribir con tanto odio en aquel papel. Vi como su mirada tembló. Vi como el pechó se le comprimió y pude sentir como su corazón se helaba y se rompía en mil pedazos. Y aunque no lo entendía, luchó. Luchó por sonreír todos los días, luchó por ocultar el dolor y seguir. Le dio igual todo, las palabras de los demás eran como gotas de lluvia resbalando por un paraguas. No le importaba, ella tan solo quería olvidarlo todo, como tantas veces había hecho antes.Se puso los cascos, le dio al play y volvió a ser ella misma.

lunes, 4 de febrero de 2013

Aprendí a cuidarme.

Soñaba con abrir los ojos y encontrarte ahí. Soñaba que por una vez creías en mi. Creí por fin que las mentiras se habían acabado. Pensaba que volverías, porque desde que te fuiste todo se ha descontrolado. Recuerdo que te imaginaba de mil formas cuando cerraba los ojos. Me acordé de ti cuando vi aquella película de Disney que protagonizaste. Recuerdo aquel día que vi aquel grillo y pensé que eras tú, quede como una idiota cuando le empecé a hablar. Solía jugar a hacer cosas "distintas" para saber tu opinión, pero desde que te fuiste, no se, me siento diferente. Antes te tenía a ti para recordarme lo que estaba bien y lo que no, pero ahora me tengo a mí. El otro día me contaron que querías volver, pero lo siento, querida Conciencia, ya no te necesito.

¿Qué haces que todavía no te has levantado?

Abre la ventana, asómate y grítale al mundo que eres libre. Súbete al tejado y baila un fabuloso baile bajo las estrellas. Llena la mochila de piedras, pierde los libros, rompe las reglas, finge una lágrima pero que sea para reírte del que se la creyó después. Si estas sentado, pon esa canción que tanto te sube el ánimo, coge un cepillo y ale, a usarlo de micro. Déjate la voz cantando frente al espejo, y si oyes que alguien se acerca preocupado por los gritos, finge que te estabas peinando, seguro que cuando se vaya te hechas a reír.  
Y nada de llorar, nada de tumbarse y ponerse a imitar a las chicas esas de las películas tristes de la tele. Tú no eres ella, tú eres tú, esa persona que mientras leía esto estaba deseando que se acabase para darle al play y empezar a bailar. 

¿Quién va a salvar el mundo esta noche?

Caminaba sola con el bolso bajo el brazo por las oscuras callejuelas de Nueva York. Tenía miedo, él no había llegado, la había dejado tirada y ahora tenia que volverse sola a casa caminando. Entonces escuchó unas pisadas tras ella, alguien la seguía. No quería girarse, lo cierto es que el temor la impulsó a correr. De repente un "Eh, tú" la hizo parar. Se giró, una navaja apuntaba hacia ella y una orden escupida con asco: "Dame tu bolso", le gritó el encapuchado. Ella cerró los ojos, el mundo se apagó, deseaba despertar de aquella pesadilla. De repente, cuando los abrió, vio sus pies alejándose del suelo, al hombre tirado, el bolso bajo el brazo y la navaja en un contenedor. Sintió que alguien la tenia agarrada, alzó la vista: él no había llegado tarde, él había llegado en el momento justo. Con un secreto encerrado entre sus dientes, con un simple "shh, nadie más lo sabe" bastó para aclararlo todo.